(Extractos del libro: Historia de Boca Juniors. 1956)
Se trataba de encontrarle un nombre al club. El bautismo de una institución, como el de una persona, es un hecho importante. Puede tener una influencia decisiva en la vida.
Puedes leer aquí: La Sede Histórica de Boca. La Casa Baglietto.
Hay diversos aspectos a considerar en ese acto trascendental, pero lo que provoca mayor cuidado es el significado, la eufonía y lo que llamariamos “precaución” o “previsión”.
Hay nombres muy lindos que quedan mal porque no corresponden a la naturaleza de lo que denominan y resultan ridiculos.
Hay otros que están correctamente aplicados, pero que suenan mal o son de asimilación dificil. Y otros, en fin, que andando el tiempo desvirtúan por completo la buena intención que los inspiró.
Vamos a citar tres ejemplos en ese orden: en una calle de la Boca, Magallanes, había hace mucho una carboneria que se llamaba “La Espuma del Plata”; a un club surgido más o menos al mismo tiempo que Boca Juniors, pero que tuvo muy corta vida, sus fundadores lo denominaron “Blader Athletic Club”; y todos pueden haber conocido entre sus amistades a un señor chiquito, débil, enclenque y feo a cuyos padres se les había ocurrido la desafortunada idea de ponerle el nombre de Hércules.
Finalmnete 9 los visionarios jovencitos de 1905 que fundaron un club en la plaza Solis tuvieron un acierto notable para bautizarlo.
Coinciden en su denominación todos los factores que hemos mencionado. Su significado es justiciero y elocuente porque constituye un homenaje al barrio natal; su eufonía es tanta que siempre hemos creído que en ella reside uno de los motivos de la inmensa popularidad alcanzada por el club; los años, por último, no han hecho más que afirmar la exactitud de la denominación. Porque si en su origen el club buscó en el barrio un nombre, el desarrollo de la institución, su alto prestigio y su divulgación extraordinaria, que excede en mucho los límites del pais, surtieron el gratisimo efecto de que, como hijo agradecido, Boca Juniors hiciera conocer a la Boca mucho más allá de la Boca.
Y no tuvieron que discutir mayormente los fundadores para ponerse de acuerdo. En esa época la mayoría de los clubs llevaban el nombre de la localidad donde habían sido fundados. Estaban, asi, Barracas, Lomas, San Martín, Belgrano, etc. En un primer momento resolvieron llamarlo Boca, simplemente. Pero… los jovencitos que ya habian corrido un poco de “mundo” viajando hasta el centro tuvieron en cuenta que su barrio, su querida barriada, gozaba cierta fama de “peligrosa” en ese tiempo, como ocurría también con otras zonas del arrabal porteño. Así fué que, tanto para aristocratizarlo un poco y permitir que entrara “en sociedad” como para demostrar admiración y agradecimiento a los ingleses, de cuyo idioma ya poseian los muchachos algunas nociones y de cuyo país había _Megado el fútbol hasta el nuestro, resolvieron agregarle el “Juniors”, que equivale a juventud.