Esta es la magnífica historia del primer arquero manco que tuvo el fútbol mundial.
En el 1900 el fútbol en Latinoamérica comienza a escribir su magnífica historia. Eran años en los sobresalían los clubes amateurs con acento británico, fundados por los inmigrantes que llegaban a estas tierras con intenciones de «hacerse la América».
En Argentina por su parte, Alumni Athletic Club, el gran equipo criollo, arrasa con todo durante la primera década del siglo XX.
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Esta historia se centra en 1906 cuando Barracas Athletic, otro equipo argentino, tenía entre sus filas al mejor arquero de la época, José Buraca Laforia.
Su gran desempeño bajo los 3 palos hizo que Alumni rápidamente pusiera los ojos en él, y fue así como Laforia se marchó dejando libre el puesto de arquero en su anterior equipo.
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El gran problema en Barracas ya que no tenía otro arquero, y no era tan fácil encontrar uno en esos tiempos como lo es ahora.
Cada jugador de este equipo se probó en el puesto de arquero. Sin éxito llego el turno del lateral derecho y uno de los socios fundadores del club. Un irlandés llamado Winston Coe, que se ofreció para atajar aun teniendo una peculiaridad para este puesto: le faltaba el brazo izquierdo.
“Si quieren les doy una mano, dos ya saben que no puedo”, dijo. Y así se preparó para el encuentro ante Estudiantes de Buenos Aires.
Cuando ingresaron los dos equipos a la cancha, se comenzaron a escuchar murmullos y ovaciones por lo que estaban viendo. Si bien esa tarde Barracas perdió 2 a 1, la gran figura del encuentro fue Winston Coe, quien a pesar de la adversidad se destacó y evitó una derrota más abultada.
“Muchísimos shots atajó el manco Coe, por lo cual se hizo célebre, pues no es poca virtud desempeñar este puesto en que precisamente se hace uso de las manos, cuando no se posee una. Su modo de parar la pelota, la seguridad y la confianza con la que procede son dignas de elogio”, publicó el diario La Prensa, al día siguiente.
Fue un acontecimiento sin precedentes y jamás visto en nuestro país aún hasta el día de hoy. Y ese partido no fue el único, el irlandés se quedó con el puesto. Todos estaban conformes con su desempeño.
Sin embargo, en los siguientes dos partidos no le fue tan bien como en su debut de arquero. Fueron dos duras derrotas: 11-0 contra Reformer y 5-0 frente a Alumni.
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Finalmente, luego de ello Coe decidió no atajó más, a pesar de las dificultades que la vida le puso en el camino, defendió con orgullo y corazón el arco de su querido Barracas Athletic, convirtió en un ejemplo de superación y una gloria del Club.