Arturo Andrés Ithurralde, un intachable del fútbol

Nació el viernes 6 de abril de 1934, donde de muy joven conoció a quien sería su amada esposa «Angelita» en un “picnic”, el con 18  y ella con 15…..vaya nombre para una maravillosa mujer que tengo el gusto de conocer. (Seguramente esta haya sido la mejor decisión de Arturo en su vida, de la cual nunca se separó y fue su compañía hasta su último día).

Arturo Ithurralde fue un arriesgado para la época, ya que abandono la carrera de abogacía para dar el examen de árbitro en 1968 y así rápidamente convertirse en el encargado de impartir justicia dentro de los campos de juego de la Primera División de Argentina, hasta su retiró en 1984 donde luego se radico en  Mar del Plata. Lugar que lo recibió de brazos abiertos y hasta le otorgó el título de «CIUDADANO ILUSTRE» de la ciudad. Merecido galardón para un ilustre del fútbol.

Reconocido por su imparcialidad, experiencia y capacidad para tomar decisiones justas en momentos cruciales.

Con una carrera que abarca más de una década, Ithurralde ha dejado una marca imborrable en el arbitraje argentino. Su habilidad para manejar situaciones de alta presión y mantener la calma en los momentos más difíciles lo ha convertido en un referente en su profesión.

A lo largo de toda su carrera fue partícipe de momentos épicos de este hermoso deporte como por ejemplo:

  • Dirigió la final del Nacional 1976 entre River y Boca, el del recordado gol de Suñé de tiro libre, donde segundos antes Arturo les había explicado que el nuevo reglamento permitía ejecutar la acción sin que él de la orden, si es que no se había solicitado la distancia de la barrera. Suñé la puso inmediatamente en práctica y sin decir nada clavo la pelota en el Angulo del arco que defendía Fillol para el 1 a 0 final.

  • Tuvo el honor de ser el Juez principal en la inauguración del Mundial de España 1982 que enfrentaba a la Selección organizadora contra Honduras. Partido terminado con un empate 1 a 1 y del cual se quedó con la pelota del partido, la  “Tango España” como recuerdo, luego de su pitido final.

  • Dirigió incontables partidos del torneo argentino de Primera División y también de la Copa Libertadores.

  • Se dio el «lujo» de expulsar al mismísimo Gatti en la Bombonera y hasta Mostaza Merlo en un River Boca.

  • También fue el árbitro de la recordada «palomita» de Aldo Pedro Poy en el clásico entre Rosario Central frente a Newell’s Old Boys por las semifinales del Campeonato Nacional de 1971.

  • Fue el único árbitro argentino en dirigir en los 5 continentes y en el mítico Estadio de Wembley.

  • Y por último….se dio el gusto de dirigir a los mejores jugadores del planeta,  Diego Armando Maradona en el Boca de 1981 y al mismísimo rey Pelé en el amistoso entre el Santos y Huracán en 1973, en el último partido que el brasileño visito nuestro país como jugador profesional y donde aquí también conservó el balón luego del pitido final.

Luego de dejar el referato, se estableció junto a su familia en la ciudad  Mar del Plata desde 1986, aunque siguió vinculado con la Comisión Nacional de Árbitros por lo que viajaba todas las semanas a la «Capital Federal» volviendo a su casa solo los fines de semana, una tarea agotadora.

Arturo Ithurralde no solo se destacó por su labor en el terreno de juego, sino también por su compromiso con el desarrollo y la formación de nuevos árbitros, participando en numerosos programas de capacitación y ha sido mentor de jóvenes talentos, transmitiéndoles no solo los aspectos técnicos del arbitraje, sino también los valores fundamentales de integridad y respeto.

También lo hizo fuera del campo de juego, participando activamente en proyectos sociales y  utilizado su influencia para promover la igualdad y el deporte como herramienta de inclusión.

Por todo lo expresado, Arturo Ithurralde es un verdadero intachable del fútbol, un líder dentro y fuera del campo de juego. A pesar de su partida el 3 de junio de 20177, pero su legado perdurará en la historia del arbitraje argentino y su nombre será recordado como sinónimo de justicia y respeto en el hermoso deporte del fútbol.

Por qué en el fútbol no se puede subestimar a ningún equipo

En el fútbol, subestimar a un equipo rival puede ser un grave error. A lo largo de la historia, hemos presenciado numerosas ocasiones en las que equipos considerados «inferiores» han logrado sorprender a sus oponentes más fuertes. Pero, ¿por qué en el fútbol no se puede subestimar a ningún equipo?

En primer lugar, el fútbol es un deporte impredecible. Aunque un equipo pueda tener un historial exitoso o contar con jugadores estelares, cada partido es una nueva oportunidad para la sorpresa. Los factores como la motivación, la estrategia y el rendimiento individual pueden influir en el resultado de un encuentro. Incluso los equipos considerados menos talentosos pueden mostrar un gran nivel de juego y superar las expectativas.

Además, en el fútbol cualquier equipo puede encontrar su momento de inspiración. Un solo gol o una acción destacada pueden cambiar el curso de un partido. La confianza y el impulso generado por una buena jugada pueden desestabilizar al equipo contrario y dar lugar a una remontada inesperada. Es por eso que ningún equipo debe ser subestimado, ya que todos tienen el potencial de marcar la diferencia en el transcurso del juego.

Otro factor a tener en cuenta es la mentalidad competitiva. Los equipos considerados «débiles» a menudo se motivan aún más cuando se enfrentan a oponentes más fuertes. Tienen el deseo de demostrar su valía y sorprender a todos. La falta de presión puede jugar a su favor, permitiéndoles jugar con más libertad y sin temor a cometer errores. Esta mentalidad puede resultar en un desempeño más audaz y determinado.

En conclusión, en el fútbol no se puede subestimar a ningún equipo. La imprevisibilidad del deporte, los momentos de inspiración y la mentalidad competitiva hacen que cada partido sea único. Subestimar a un equipo puede llevar a resultados inesperados y sorpresas emocionantes. En el fútbol, es esencial tener en cuenta que cualquier equipo, sin importar su reputación, tiene el potencial de lograr grandes cosas en el campo de juego.

Por qué en el fútbol la pasión trasciende generaciones

El fútbol es un deporte que ha sido transmitido de generación en generación, manteniendo viva la pasión y el fervor por el juego a lo largo del tiempo. Es común ver a padres e hijos, abuelos y nietos unidos por el amor al fútbol, compartiendo la emoción de los partidos y las tradiciones futbolísticas. Pero, ¿por qué en el fútbol la pasión trasciende generaciones?

En primer lugar, el fútbol es un deporte que se transmite en un ambiente familiar. Desde temprana edad, muchos niños son introducidos al fútbol por sus padres o familiares cercanos. La experiencia de disfrutar un partido juntos, ya sea en el estadio o frente al televisor, crea un vínculo emocional entre las diferentes generaciones. Los recuerdos compartidos, las celebraciones de gol y las discusiones sobre los equipos favoritos forman parte de la tradición familiar y se convierten en momentos que se atesoran a lo largo de los años.

Además, el fútbol es un deporte que despierta emociones intensas y proporciona una conexión común entre las personas. Independientemente de la edad, los aficionados pueden experimentar la misma emoción y euforia cuando su equipo marca un gol o la misma decepción cuando se pierde un partido importante. Estas emociones compartidas crean un lazo entre las generaciones, ya que todos comparten el mismo entusiasmo y comprensión de lo que significa ser fanático del fútbol.

Otro factor importante es la nostalgia y el apego a los ídolos y equipos del pasado. Muchos aficionados se sienten atraídos por la historia y las leyendas del fútbol, y transmiten esas historias a las siguientes generaciones. Los padres y abuelos pueden hablar de los grandes jugadores y momentos del pasado, creando un sentido de continuidad y conexión con el legado futbolístico. Esto lleva a que los jóvenes se interesen por la historia del fútbol y desarrollen un respeto y admiración por las figuras del pasado.

Por último, el fútbol es una forma de entretenimiento que atraviesa barreras generacionales. A diferencia de otros deportes que pueden tener reglas más complicadas o requerir habilidades físicas específicas, el fútbol es accesible para personas de todas las edades. Ya sea jugando en el patio trasero, en una liga local o simplemente viendo los partidos juntos, el fútbol proporciona una actividad común en la que todas las generaciones pueden participar y disfrutar.

En resumen, la pasión por el fútbol trasciende generaciones debido a las experiencias compartidas, las emociones intensas, la conexión con la historia del deporte y la accesibilidad del juego. El fútbol se convierte en un lenguaje común que une a padres, hijos y abuelos, creando un legado familiar y una tradición que se mantiene viva a lo largo del tiempo.

Por qué en el fútbol los héroes se convierten en leyendas

El fútbol es un deporte que ha dado lugar a numerosos héroes y leyendas a lo largo de la historia. Estos jugadores destacados no solo son recordados por sus habilidades y logros en el campo de juego, sino que también se convierten en figuras icónicas y admiradas por su impacto fuera de él. Pero, ¿por qué en el fútbol los héroes se convierten en leyendas?

En primer lugar, el fútbol es un deporte que trasciende las barreras culturales y geográficas. Se juega en todos los rincones del mundo y tiene una base de seguidores global. Esto significa que los héroes futbolísticos pueden capturar la atención y el cariño de millones de personas en todo el planeta. Su éxito y talento inspiran a jóvenes futbolistas, y su legado perdura en la memoria colectiva.

Además, el fútbol es un deporte que provoca una pasión desbordante en los aficionados. Los héroes futbolísticos se convierten en símbolos de esperanza y unidad para los seguidores de un equipo o incluso para todo un país. Sus actuaciones heroicas en momentos cruciales, ya sea anotando un gol decisivo o realizando una atajada imposible, generan una conexión emocional profunda con los aficionados y se convierten en parte de la historia del fútbol.

Asimismo, el fútbol es un deporte que ofrece una plataforma masiva para que los jugadores muestren su talento. Los héroes del fútbol suelen competir en torneos internacionales de alto nivel, como la Copa del Mundo o la Liga de Campeones, donde tienen la oportunidad de destacar frente a una audiencia mundial. Estos eventos se convierten en escaparates para que los jugadores brillen y dejen una huella imborrable en la historia del fútbol.

Por último, el fútbol es un deporte que está lleno de momentos emotivos y narrativas fascinantes. Los héroes futbolísticos no solo son recordados por sus habilidades técnicas, sino también por las historias que los rodean. Ya sea superando adversidades personales, rompiendo récords o liderando a su equipo hacia la victoria, estos jugadores se convierten en protagonistas de cuentos épicos que quedan grabados en la memoria colectiva.

En conclusión, en el fútbol los héroes se convierten en leyendas debido a su capacidad para inspirar, unir a las personas y dejar un legado duradero. Su talento, carisma y momentos icónicos en el campo de juego los elevan a un estatus especial en la historia del fútbol y los convierten en figuras admiradas por generaciones. El fútbol es el escenario perfecto para que estos héroes brillen y se conviertan en leyendas que perdurarán en la memoria de los aficionados.

De qué material es la Copa del Mundo

La Copa del Mundo, el máximo trofeo del fútbol a nivel global, es un objeto de admiración y deseo para jugadores y aficionados por igual. Pero, ¿de qué material está hecha esta codiciada copa?

La Copa del Mundo está hecha principalmente de oro macizo. Desde su creación en 1974, la FIFA ha encargado a la casa de joyería italiana, Bertoni, la tarea de diseñar y fabricar el trofeo. La copa actual, conocida como la Copa FIFA, está hecha de 18 quilates de oro sólido y pesa alrededor de 6.1 kilogramos.

El diseño de la copa es emblemático y único. Se compone de dos partes principales: la base y el cuerpo. La base está hecha de malaquita, una piedra semipreciosa de color verde que simboliza la tierra y la naturaleza. El cuerpo de la copa está revestido con láminas de oro, que le otorgan su brillo distintivo y su valor incalculable.

El uso del oro en la fabricación de la Copa del Mundo tiene un significado simbólico. El oro es un metal precioso asociado con la grandeza, el triunfo y la excelencia. Representa la máxima recompensa que un equipo de fútbol puede alcanzar: ser coronado campeón del mundo.

Además del oro, la copa también cuenta con una serie de detalles en su diseño. En su base, se encuentran inscritos los nombres de los ganadores anteriores, inmortalizando así a los equipos que han dejado su huella en la historia del fútbol. También posee dos asas en forma de figuras humanas sosteniendo la Tierra, simbolizando la unión de los pueblos a través del deporte.

La Copa del Mundo no solo es un premio codiciado, sino también un símbolo de unión y competencia deportiva a nivel mundial. El uso del oro en su fabricación realza su valor y prestigio, convirtiéndola en un objeto deseado por futbolistas y seguidores de todo el planeta.

En conclusión, la Copa del Mundo está hecha principalmente de oro macizo, con detalles adicionales en malaquita y un diseño único que la distingue. El oro, con su brillo y significado simbólico, eleva el estatus de este trofeo como el máximo premio en el fútbol. La Copa del Mundo no solo representa la victoria en el terreno de juego, sino también la pasión y el espíritu competitivo que unen a las naciones en torno a este maravilloso deporte.