El apodo de Gallina hacia River surge en 1966 cuando el millonario le ganaba en la final de la Copa Libertadores 1966 a Peñarol y le dieron vuelta el resultado.
Gracias a esa pésima actuación y a la humillación sufrida es que terminó con la adopción del apodo Gallinas.
El 14 de mayo de 1966, Peñarol había ganado en el Estadio Centenario. Por su parte River, 4 días después, igualo la serie en el Monumental.
Finalmente el 20 de mayo, se disputo el partido desempate en el Estadio Nacional de Santiago de Chile. River comenzó ganando por 2 a 0 hasta que Peñarol lo empato y lo ganó en tiempo suplementario.
Luego de ese encuentro, River visitó a Banfield por el torneo local y la hinchada visitante le arrojó al campo de juego una gallina blanca, con una franja roja pintada en el cuerpo. La burla estaba oficializada y, con el tiempo, los hinchas del Millo lo adoptaron como propio, como símbolo.