Cuan fuerte era el entusiasmo que animaba a los dirigentes, asociodos y símples simpatizantes de Racing Club, de una idea precisa, y hasta sí se quiere emotiva, el hecho de que todos ellos pusieron el esfuerzo de sus brazos en la obra de mejoramiento del estadio. Todos estos presentados en la asamblea ordinaria celebrada en diciembre de 1912:
“En cortos días surgieron tribunas y gradas brotaron caminos, reverdecíó el cesped, se construyeron boleterías y se hicieron las entradas y salidas necesarias para evitar las aglomeraciones. Pero ello fué necesario hasta el trabajo personal de algún miembro de la comisión directiva y de algunos socios encaríñados con el club, quienes dejaban el rodillo para tomar el pincel, enardecidos por el deseo de presentar a nuestras autoridades superiores y al público el cuadro más completo de lo que pueden los hombres cuando secundan una noble idea. Y no eran todos hombres, señores; también había niños que se pasaron días enteros en disputa con los mayores, manos a la obra como si ganaran su jornal. Y era halagador, compañeros, ver a las dos edades hermanadas en el común sentir! Un consocio, quizás el de mayor edad queremos nombrarlo pero que lo oplaudáis: el señor Antonio Pou, concurría al alba al field, ofreciendo la más alta demostración de interés por su dub, y entonces los menores, secundando su acción, trabajaban siguiendo sus indicaciones, estimulados por su encomiable ejemplo.
“Traigo aquí el recuerdo de todos aquellos consocios meritorios, que en ejercicios anteriores trabajaron en igual forma en los momentos preliminares de la construcción del campo de juego, cuando las entradas no respondían a las fuertes erogaciones. Es por eso que el Racing es grande en cualquier concepto y bajo cualquier punto de muro que se le examine; porque ha sido amasado con amor y con sacrificios personales; porque sus instalaciones están humedecidos y sus caminos regados con el sudor de muchos de sus asociados“.
Puedes leer aquí: Los primeros colores de Racing.
Estas palabras fueron escrítas por un presidente de Racing Club: don Arturo Giró en la Memoria de 1912.