Brasil no pudo organizar el Sudamericano del 18. Una grave epidemia de gripe azotó a aquel país y debió postergarse para el año próximo. Por ello, 1918 no fue una etapa prolífera en cuanto a confrontaciones internacionales de nuestro seleccionado. Y la porfía se concentró a am:bas orillas del estuario.
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Conmemorando un nuevo aniversario de la Independencia uruguaya, el 18 de julio, en cancha del Parque Pereyra, estuvieron en juego medallas de oro donadas por el Ministerio de Instrucción Pública oriental. Los 90 minutos reglamentarios finalizaron igualados (1-1).
Se realizaron dos tiempos suplementarios de 15 minutos cada uno y se mantuvo invariable el marcador. Como caso extraño en el historial futbolístico, se jugaron otros dos tiempos suplementarios. Pero, al comenzar la segunda parte de esta nueva prolongación, por falta de luz, debió suspenderse, manteniéndose el 1 a 1, Se convino un segundo partido diez días después. No se completaron los minutos que restaban del cotejo suspendido, sino que se realizaron los 90 reglamentarios, en el mismo escenario. Uruguay, exhibiendo clara superioridad, ganó 3 a 1. El seleccionado argentino produjo mediocre actuación. Sólo dos jugadores pudieron calificarse como sobresalientes: Isola y Matozzi.
Luego, el 20 de septiembre, la Copa Lipton, jugada en Montevideo, también en el campo de Parque Pereyra, registró un empate (1-1). Argentina, ganadora de la anterior edición, retuvo la copa.
Nueve días más tarde, en Gimnasia y Esgrima de Palermo, y por la Copa Newton, AÁrgentina se impuso a Uruguay por 2 a O, rehabilitándose nuestro conjunto con una labor encomiable. Otros dos encuentros en Buenos Álres registraron un empate (1-1) y un éxito argentino (2-0).
En el balance del año hubo una ventaja para Argentina, pero la rivalidad no dejó de mantenerse siempre con deseos de nuevas confrontaciones. Como para que el duelo, la puja rioplatense siguiera por tiempo indefinido.