Corría el año 1913. Boca Juniors tenía apenas ocho años de vida y ya era un fenómeno popular en crecimiento, con una hinchada bulliciosa, colores definidos y una identidad forjada entre calles de tierra, conventillos y banderas azul y oro. Pero aún faltaba dar el gran salto: jugar en Primera División, el máximo nivel del fútbol argentino.
Ese año se produjo la unificación de las dos principales asociaciones del fútbol nacional, lo que generó una reorganización de las divisiones. La Asociación Argentina de Football decidió ampliar la cantidad de equipos en la Primera División, y otorgó cupos a varios clubes de la segunda categoría. Boca Juniors fue uno de los elegidos, junto a otros como Banfield, Ferrocarril Oeste y Platense.
Aunque no fue un ascenso logrado por campeonato —Boca había llegado a las instancias finales sin lograr el título—, el ingreso a Primera fue fruto de su convocatoria, nivel deportivo y popularidad creciente. Ya no era un club de barrio más: era una institución con presencia, hinchada, rivalidades y ambiciones claras.
El debut oficial en la máxima categoría se produjo el 13 de abril de 1913, frente a Estudiantil Porteño. El partido terminó 4 a 2 a favor de Boca, y quedó registrado como el primer triunfo del club en la elite. Aquel día, con un equipo conformado en su mayoría por jugadores amateurs y obreros del barrio, Boca comenzó a escribir su historia grande en el fútbol argentino.
Un dato poco conocido
La sede original de ese histórico debut no fue La Boca. Boca hacía de local en la cancha de Wilde, ubicada en el sur del conurbano bonaerense, que era muy precaria y no tenía gradas. Sin embargo, la hinchada xeneize igual decía presente, con banderas improvisadas, tambores y la pasión que ya caracterizaba al club desde sus inicios.
Ese año, Boca disputó un total de 19 partidos en Primera, con un rendimiento irregular pero digno para un debutante: ganó 9, empató 3 y perdió 7. Finalizó en la quinta posición sobre 15 equipos, una actuación que confirmó su competitividad inmediata entre los grandes.
El nacimiento de una rivalidad
Curiosamente, también en 1913, se produjo el primer Superclásico oficial de la historia: el 24 de agosto, Boca y River se enfrentaron por primera vez en la máxima categoría. El partido, jugado en cancha de Racing, fue ganado por River 2-1. Pero lo más relevante fue el inicio de una rivalidad que, con el tiempo, se convertiría en la más importante y apasionante del fútbol mundial.
Lo que significó ese ascenso
El ingreso de Boca a Primera División fue mucho más que una decisión administrativa. Marcó el momento en que el club dejó de ser un fenómeno barrial para transformarse en un actor clave del fútbol nacional. A partir de entonces, Boca no bajó nunca más. Jugó todos los torneos oficiales, construyó su estadio, se profesionalizó y comenzó su camino hacia la gloria.
Fue en 1913 cuando Boca dejó de mirar hacia arriba, y empezó a caminar entre los grandes.