Quien fue Carlos Salvador Bilardo

Carlos Salvador Bilardo es uno de los entrenadores más importantes en la historia del fútbol argentino. Nacido en Buenos Aires en 1939, Bilardo comenzó su carrera futbolística como jugador, siendo defensor central en equipos como Estudiantes de La Plata y San Lorenzo de Almagro. Sin embargo, su legado se construyó principalmente como entrenador.

En 1982, Bilardo asumió el cargo de entrenador de Estudiantes de La Plata, el equipo donde había jugado como defensa. En su primer año como entrenador, logró el Campeonato Nacional, el primer título de liga en la historia del club. En 1986, fue elegido para dirigir la selección argentina de fútbol, un logro que lo llevó a la cima de su carrera.

Bilardo llevó a la selección argentina a la conquista de la Copa del Mundo de México 1986, en una final legendaria contra Alemania en la que Diego Maradona se consagró como uno de los grandes ídolos del fútbol mundial. Cuatro años después, en el Mundial de Italia 1990, la selección argentina alcanzó nuevamente la final, pero esta vez cayó ante Alemania.

Bilardo se caracterizó por ser un técnico meticuloso, obsesionado con el detalle y el trabajo duro. Creó un sistema táctico innovador que consistía en la presión constante y la recuperación rápida del balón, lo que permitía a su equipo imponer un ritmo frenético al partido. Su legado como entrenador se consolidó en el Mundial de 1990, donde la selección argentina jugó un fútbol defensivo pero efectivo, y logró llegar a la final con un equipo que no contaba con grandes estrellas.

Además de su carrera como entrenador, Bilardo también fue un importante dirigente deportivo. En la década de 1990, ocupó varios cargos en la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) y fue uno de los impulsores del fútbol femenino en el país.

Hoy, a sus más de 80 años, Carlos Salvador Bilardo sigue siendo una figura respetada en el mundo del fútbol, recordado como uno de los grandes estrategas del fútbol argentino y mundial.

La Historia de Boca en la B

En 1908, Boca se afilió a la Argentine Football Association, que en ese momento se conocía con ese nombre anglosajón. Sin embargo, se inscribió en la segunda categoría, la Liga Intermedia, también conocida como «B».

En aquel entonces, River Plate apoyó el ascenso de Boca a Primera División, lo que se produjo gracias a una votación realizada en una reunión de emergencia de la AFA en 1912.

La reunión se llevó a cabo en la sede de la AFA en Maipú 131, donde se definieron dos cosas clave: que el torneo principal seguiría con los equipos que quedaron en Primera División y que todos los equipos de la «B» ascenderían. Rafael Cullen, dirigente del Club Atlético San Isidro, presentó la moción, que fue aceptada por unanimidad.

En la temporada 1912, Boca quedó tercero en la «B» detrás de Ferro y Platense. En circunstancias normales, solo Ferro habría ascendido a Primera División.

Sin embargo, en una asamblea extraordinaria en febrero de 1913, Boca fue promovido a Primera con el aval del representante de River, Emilio Löfgren. Además, el dirigente de River, Antonio Zolezzi, ayudó a Boca a obtener un crédito para reconstruir su cancha.

El primer superclásico oficial de la historia se jugó en la cancha de Racing el 24 de agosto de 1913. Así, River Plate contribuyó indirectamente a la promoción de Boca a Primera División y al surgimiento del superclásico.

Juan Bautista Sormani, una vida al servicio de la AFA

Arquero del 900. Debutó en la valla de Sportivo Barracas a los 21 años.

En 1924 integró el plantel argentino que disputó en Montevideo el Sudamericano.

El profesionalismo cambió su vida. Dejó el fútbol por opción, y fue intendente de la AFA.

EXTRACTO de la colección HISTORIA DE LA SELECCION ARGENTINA

En la soleada mañana del 26 de octubre de 1902, una modesta familia del barrio de Barracas rompía la monotonía con la llegada de un nuevo integrante. Así, Juan Bautista Sormani se adueñaba del hito más importante que aún conserva el hombre, la vida, en un marco de bullicio fabril, característica de la zona.

Había nacido casi al mismo tiempo que el siglo.

La mágica alegría de correr tras una pelota recién atraparía a Juan doce años más tarde, tiempo en que decidiría desafiar la negativa paterna para sumergirse en los potreros de la zona.

Hoy, a 78 años de aquellas primeras atajadas, ya que el arco lo encerraría en sus brazos para siempre dentro de una cancha, Sormani – va distendiendo sus nervios provocados por la entrevista “… que hace tanto tiempo nadie me hacía”.

Es un elegante anciano de cabellos blancos y ojos celestes que se siente sumamente cómodo cuando se ve rodeado por las paredes de la Asociación del Fútbol Argentino.

“¿Comencé a formar parte de este ámbito el 5 de enero de 1925, cuan do por intermedio de José Radaelli, delegado de Barracas, ingresé como ordenanza. Luego me nombraron intendente de la AFA. –

“Así, me desempeñé como tal sin desculdar el fútbol, Pero eso no duró demaslado ya que en 1931, con el advenimiento del profesionalismo me impusleron que debía elegir entre los dos, ya que, según ellos . Un profeslonal del deporte no puede desempeñarse como empleado de la entidad rectora”.

Con 29 años encima la elección no podía ser otra y entonces dio comienzo otra etapa: vivir el fútbol con pantalones largos. «Eso trajo consigo conocer las cosas no tan lindas de mi juego preferido y que seguramente nada tiene que ver con la idiosincrasia del mismo”.

Con su ingreso a la AFA, Sormani dejaba atrás varias temporadas de primera división en el arco de Barracas Central, donde había debutado a los 21 años.

«En un partido contra Gimnasia y Esgrima La Plata, le atajé un penal a Gracco, aunque sin retener la pelota. Entonces, la misma volvió a los pies del delantero quien trató de colocar el disparo, pero volví a salvar mi valla arrojándome presuroso a sus pies. Cuando me reincorporaba victorioso, vi que el árbitro, debutante ese día, se aprestaba a invalidar la acción porque me había adelantado antes del remate inicial. Sin demostrar mi desesperación solo se me ocurrió gritarte: ¡qué va a cobrar señor! ¿no conoce el nuevo reglamento? Dicho esto, y ante sus dudas, tiré lejos la pelota y siguió el partido sin novedad”.

Sormani recuerda que las pasaba muy mal bajo los postes cuando veía las apiledas de los delanteros que enfilaban hacia él. A su memoria acuden los nombres de Elías Fernández y Morrone entre los que más los “fastidiaban”; y en su puesto rápidamente nombra a Wilson, Riner e Isola.

“Una tarde de 1924 se me acerca un dirigente del club, y me comunica que al día siguiente debía presentarme en el puerto para abordar el Vapor de la Carrera de las 21 horas rumbo a Montevideo. Traté de obtener más información pero solo agregó que yo iba a formar parte del plantel elegido por la Comisión de Dirigentes, que iba a disputar un partido con su similar uruguayo, representando al país, Y me recomendaba muy especialmente que llevara los zapatos”. “Antes del partido, el equipo lo formó el capitán, La camiseta era idéntica a la actual, mientras los pantalones y las medias eran azules con vivos celestes y blancos, El arquero titular era Scalpone, y yo, en condición de arquero suplente no podía Ingresar al campo, ya que durante el partido no existían los tambos, Resolví la situación con un poco de ingenio: encima de la ropa de jugador me puse la ropa de cale y con el botiquín en la mano entró a la cancha, Fue mi debut y despedida como masajista y Juro que rezaba para que nadie se lastimara seriamente”.

“Recuerdo también que cuando hicimos el primer gol yo salté y ¡grité la conquista, Fue cuando el _ delegado nuestro me hizo un ademán de silencio”.

A regañadientes acepté. Luego vino otro gol argentino y Cuando me eprestaba a festejar, nuevamente el delegado pidiéndome mesura. En gran reacción los orientales nos empataron, pero , sobre el final conseguimos el gol , de la victoria, Allí salté y grité enloquecido de alegría sin hacer caso , de los pedidos de silencio de nues, tro delegado.

Al tiempo que aquel episodio pude comprobar bien la extraña actitud: el delegado del seleccionado argentino era uruguayo”.

Sormani y los demás integrantes de la Selección emprendieron el alegre regreso, cantando hasta muy tarde en la cubierta del barco.

Al llegar al puerto se despidieron y cada uno marchó a su casa. Hoy el hecho sorprende por su sobriedad, su silencio, su sabor de entrecasa.

Se nos tornan épicas las aventuras al exterlor que intentaban nuestros jugadores.

“Mire joven, cuando Barracas deba jugar en Palermo, por ejemplo, sra un suplicio para trasladarnos de nuestro barrlo hasta allí, y no le miento al deciria que el carro de algún amigo debía sallr varias horas antes del partido para darnos tiempo a llegar, vestirnos tranquilos y pelotear un poco, Nadie nos tenía que culdar a qué hora debís mos acostarnos, y las compañías junto a las comidas eran de nuestra elección personal. Ya éramos bastante grandecitos para cuidarnos por nosotros mismos”

Juan Bautista Sormani es pues un eslabón lejano en la nutrida catarata de recuerdos…

Breve Historia del Club Atlético Velez Sarfield

NACIERON CON EL CENTENARIO

Nacía el año del centenario y la primera década del siglo se apagaba, cuando un grupo de entusiastas del fútbol, grupo reducido por cierto, pues no pasaba de doce personas, da comienzo a la aventura de “Vélez”, digna de una novela de Dickens, al decir del popular Negro de la Tribuna. Fue, en efecto, el 1º de enero de 1910 y el primer nombre fue el de “Argentinos de Vélez Sarsfield”, adoptando recién el actual en 1913.

La primera comisión directiva estaba integrada de la siguiente manera: presidente, Luis Garrido Cobián; secretario, Alejandro Doldán; tesorero, Plácido Marín; vocales: Antonio Romero, Vicente Pozo, Nicolás Marin y Martin Portillo.

La entidad se inició con doce socios, los cuales bastaron para sostener económicamente a la naciente institución y para infundir el aliento necesario a la joven afición que soñaba con tener una pelota y un lugarcito donde poder ponerla en juego. Así, apenas con lo indispensable pero con un entusiasmo a toda prueba, entró este club al mundo del deporte donde más tarde alcanzaría un lugar de privilegio.

Las primeras actuaciones futbolísticas de “Vélez Sarsfield” tuvieron lugar en la cancha que el club alquilaba en la esquina de las calles Tapalqué y Escalada. El equipo superior estaba formado por jugadores de tercera división y los primeros partidos fueron jugados con clubes de la misma categoría.

1919- EN PRIMERA DIVISIÓN

Cuando, en 1919, se creó la Asociación Amateurs de Football, “Vélez Sarsfield” pudo inscribir a su equipo en primera división. Y fue nota

ble, realmente, la sensación que produjo ese conjunto. No sólo logró vencer a la mayoría de los clubes que participaron de ese campeonato, sino que, al final del mismo, consiguió clasificarse segundo del campeón, “Racing”, dejando atrás a cuadros ya tradicionales y con una experiencia como “River Plate”, “Independiente” y “San Lorenzo”.

Y sigue disputando con el mismo entusiasmo, si bien con menos suerte, los torneos de la Amateurs mientras su patrimonio social se consolida definitivamente.

Cuando el fútbol argentino se unifica en 1927, “Vélez” actúa en las filas de la Asociación Amateurs Argentina de Football, y como consecuencia de la crisis del amateurismo, en 1931 se afilia a la Liga profesional. En los torneos de la Liga, pese a que “Vélez Sarsfield” era un club chico y no tenia grandes valores en su conjunto, consiguió excelentes colocaciones. En 1935 abandona la Liga y pasa a formar parte de la Asociación del Fútbol Argentino.

En 1937 comienza para su equipo un período de declinación hasta que en 1941 desciende a segunda división. Y fueron necesarias tres temporadas de esfuerzos sin límites para recuperar las antiguas posiciones. En 1943 gana el campeonato y abandona la segunda división para retornar a la lucha de vanguardia donde permanece hasta hoy con coraje y ostentando todavia otras caidas, pero siempre honrosas y una buena porción de triunfos que enaltecen sus colores.

UN “FORTÍN” DE FAMA BIEN LOGRADA

Alguien lo llamó “Fortin” y desde entonces, las tribunas hablaron del “Fortín” de Villa Luro cuando de “Vélez” se trataba. Y era justo el mote porque en la canchita heroica de un “Vélez” todo corazón se quebraron muchos “grandes” durante muchos campeonatos. Tal es asi que no pocos equipos de garra adquirieron un extraño “complejo” con respecto al famoso reducto de Villa Luro y preferían ir a romper lanzas a Boedo o Avellaneda antes que llevar la artillería a la canchita del team de la letra V, verde azulada.

Muchos nombres muy significativos dieron categoría al fútbol vistiendo esa casaca. Correa, Dedovitis, Cosso, Forrester, De Saa, Curtis… y una docena más de consagrados valores de nuestras canchas hicieron las primeras gambetas en el temido cuadrito del “Fortín” y se lanzaron luego a la consagración definitiva exhibiendo su origen como una credencial para el triunfo seguro…

Asi, como la aventura que imaginaría Dickens, al decir del periodista, así fueron las horas primeras de “Vélez Sarsfield”, que nació el primer día del año del centenario… Por eso, “Vélez” tiene exactamente cien años menos que la Patria, que es en verdad tener muchos años y en este caso particular, tenerlos abrigados por la sencilla gloria de los que hacen del honor y la brega con lealtad, una consigna sin dobleces… Así nació el “Fortin” de Villa Luro.

Breve Historia del Club Atlético Platense

El club de Manuela Pedraza y Crámer nació el 25 de mayo de 1905 al conjuro de un triunfo hípico festejado por un grupo de jóvenes deportistas. Asi lo reseña una detallada relación del nacimiento del “Club Atlético Platense” publicada en una memoria de la entidad.

Dentro de la zona denominada “Recoleta” (Capital Federal), un nú. cleo de jóvenes de edad variada —dice la citada memoriadistraianse diariamente en la práctica del fútbol en la via pública.

A mediados del mes de mayo de 1905, el caballo denominado Gay Simón del Stud Platense se ajudicó una de las pruebas hípicas que habitualmente se disputaban en el Hipódromo Nacional.

En la esquina de Posadas y Callao se habian reunido un grupo de jóvenes para festejar el acontecimiento y uno de ellos tuvo la feliz idea de proponer la fundación de un club. En homenaje a la fecha patria se decidió postergar para el 25 de Mayo de 1905 la fundación del “Club Atlético Patense”, que llevaría ese nombre en recuerdo del triunfo del mencionado stud,

Las personas que integraron la primera comisión directiva y los colaboradores inmediatos fueron: José Viviani, César, Julio y José Pianorolli, José Roggeroni, Santos Aliverti, Carlos Garbagnatt1s, Roque Jaureguiberry, Leopoldo Lacoste, Antonio Meraggia y otros. Como los señores Garbagnatti cedieron gentilmente su domicilio particular para que se realizaran las reuniones, resultó que la primera secretaría quedó instalada en la calle Callao 2058.

El primer plantel de jugadores lo constituyeron: Efrain Cantello, José y Julio Pianarolli, Carlos Garbagnatti, Bernardo Lacoste, Cayetano Genaro, Jesús Moyano, Francisco Barrionuevo, Isidro Cotero, Adolfo Sosa, Juan Aresi, Del Nero, Antonio Meraggia, Genaro Barreto, Lorenzo Berni, A. Annaratone, Afredo y José Perico y otros.

PRIMERAS PRÁCTICAS DE FÚTBOL

El lugar denominado Plaza Japonesa (luego Parque Japonés), situado en la misma zona de la Recoleta, sirvió para que el club efectuara sus prácticas futbolísticas. Cuando llegó el momento de determinar los colores del club y sus distintivos, luego de desecharse una cantidad de dibujos y proyectos, se decidió que la camisa sería colorada con cuello y puños negros, formando además una franja con tres calamares igualmente negros. Como es de suponer estos eran los colores del stud Platense.

Con el pasar de los años y de las autoridades, los colores se modificaron fundamentalmente y el equipo quedó reducido a una camiseta blanca con una banda de unos diez centímetros de ancho en el pecho de color marrón, en forma horizontal.

Por ese entonces el club inscribió un equipo en una de las ligas independientes denominada “La Central” y obtuvo el primer puesto al cabo de ese campeonato. Más tarde en la Liga Eureka conquistó el segundo premio. Las autoridades que en ese momento dirigían los destinos del club, consideraron que ya les era imprescindible tener una cancha, construir una. casilla y afiliarse a la Asociación Argentina de Football.

Haciendo las gestiones necesarias ante las autoridades pertinentes consiguieron la fracción de tierra, que se hallaba entonces sin destino, situada en la intersección de las calles Manuela Pedraza y Blandengues, Núñez. La intervención de los hermanos Garbagnatti y la colaboración del señor Guassoni y otros dieron nuevos brios a la institución e hicieron posible que se construyeran las dependencias necesarias. La parte técnica contó con la inapreciable ayuda y dirección del señor Domingo Fiorito y merecen ser mencionados los señores J. Colombo, Pedro Gianolli, Lorenzo Berni, Bartolomé Campi, Antonio Meraggia, José Aranda, Saturnino Moyano, Pablo Decatre, Carlos Buraschi, Vasallo, Martín Alvarez, José M. Lema y otros, por su generosa y desinteresada contribución. A esa altura de las cosas se incorporaron a la institución los señores Arturo Ansaldo, Abraham Pérez, Adán Pérez, Folco Contratti, Pedro Martínez, Miguel Balmaceda, Timoteo Sinigaglia y otros.

Una vez cumplidos todos los requerimientos de la Asociación Argentina de Football se solicitó la respectiva filiación, y tras algunas observaciones y hasta el rechazo provisional de la cancha, se obtuvo la ansiada inscripción. En los instantes difíciles y cuando se recolectaban fondos para cubrir los primeros gastos se contó con las generosas donaciones de los señores José Aranda y Carlos FE. Melo.

El “Club Atlético Platense” se inscribió en segunda división y conquistó ese campeonato, lo que determinó su ascenso a la división intermedia. Durante los años 1912 y 1913 el señor Germán Guassone ocupó la presidencia del club encaminando definitivamente a la institución, que pasó a jugar a primera división como consecuencia del cisma que se produjo en el fútbol oficial en 1912,

UN PROCESO DE LUCHA EMPEÑOSA

Así es el origen y evolución del “Club Atlético Platense”, reseñado en una ajustada y clara síntesis que llega hasta 1912. En su actuación en los primeros campeonatos en que interviene el equipo de fútbol, hay altibajos que hablan de un discreto team, siendo en 1915 cuando se revela como una fuerza más organizada y poderosa finalizando su actuación ese año empatando el quinto puesto con “Estudiantes de La Plata” en un concurso de veinticinco clubes.

En 1915 consigue clasificarse segundo a cuatro puntos de “Racing” y luego de haber cumplido una de sus mejores temporadas al competir con los cuadros más famosos de la época.

Al año siguiente pierde bríos y posiciones; a duras penas consigue el décimosexto lugar de la tabla.

Mejora mucho en 1918 y en 1919 abandona la Asociación y se ins. cribe en la Amateurs. Alli permanece, siempre a la vanguardia, hasta 1931, año en que pasa, como institución profesional, a formar parte de la Liga. En esta nueva entidad no consigue adelantar y sigue con el ritmo de los años anteriores. Es recién en 1935, al inscribirse en la actual Asociación del Fútbol Argentino, cuando comienza a demostrar su valer cumpliendo actuaciones destacadisimas que dieron justo pres. tigio al club que el pueblo llama “calamar”.

CINCUENTA AÑOS Y GRAN HISTORIAL

Núñez ha celebrado hace poco el medio siglo del club “Platense”. Lo ha celebrado Núñez y desde ese barrio de clubes magníficos el bullicio de la fiesta llegó a todo el fútbol. argentino donde la adhesión fué de todos y con todo entusiasmo porque se trataba de “Platense”, uno de los clubes más afincados en el corazón de las hinchadas, que exhibió en sus filas a cracks de la talla de Felisari, Cortella, Mazzini, Cositoro, Berti, Santángelo, León, Cracco, Duarte, Bissio, Pardal, Indaco, Ferrara, Volante, Beristain, Santamarina, Gualco, Wergifker, Luis Sánchez, Arrese, Pajoni, Esperón, Orsi, Ibáñez… Ases todos de nuestras canchas.

Allá en Manuela Pedraza y Crámer se tiene fe en el futuro y se hacen aprestos para próximas luchas que no darán ventajas. Y los calamares no las buscan tampoco porque siempre sacaron pecho al oleaje y si perdieron con los chicos, es más las veces que ganaron con los grandes y dejaron páginas de ejemplo en el historial grande de su futbolismo.