Al comienzo de 1932, toda la ribera se habia convulsionado ante un planteamiento que hiciera el jugador Roberto Cherro.
Partió de la sede social el murmullo y se irradió por todo el riachuelo. A medida que el “chisme” corria de oido en oido, las pretensiones de Cherro adquirieron dimensiones enormes. Se llegó a establecer que el “cabecita de oro” habia solicitado al club una prima de $ 100.000 y un sueldo que no lo ganaba ni el presidente de la república.
“Cherro quiere que se remate el club y ello no lo consentiremos.” Fué el comentario final y tal vez también la consigna. ¿Pero en realidad Cherro se habia descolgado con semejantes pretensiones? Nada de eso. ¿Cómo era posible pensar que en ese entonces un jugador de fútbol podia exigir suma tan astronómica?
Pero vavamos al hecho real. Roberto Cherro, por una infidencia de Varallo y Spitale recientemente contratados. se enteró que estos jugadores habian recibido una prima de $5.000. Nada más justo, para Cherro que pedir una equiparación a esas condiciones. Fué el escándalo.
llubo reuniones de dirigentes y la calle ya tomó partido en la discusión. Consecuencia: Cherro fué expulsado del club y volvió sus pasos hacia Sportivo Barracas, club de su antigua querencia. No fué solo. Detrás de él en un gesto de solidaridad, Mario Fortunato y Mario Evaristo tomaron la misma senda.
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No paró alli la mala estrella de Cherro por cuanto la Asociación también lo expulsó. Había violado las reglamentaciones vigentes. Cuando un jugador actuaba por un club no afiliado, la expulsión estaba en puerta. Y ella cayó en forma perpendicular sobre la cabeza de Cherro y también sobre las de los Marios, Fortunato y Evaristo.
SOLUCIÓN DEL ENTREDICHO
Boca Juniors, con su conjunto superior no caminaba con la regularidad deseada. Entonces había que buscar una solución a ese serio problema. La figura de Cherro volvió a divisarse por la ribera.
Nuevas conversaciones y todo se solucionó, pero con una condición, impuesta por el mismo Cherro: la solución alcanzaría también a Fortunato y Evaristo.
Luego la Asociación rectificó su resolución anterior y todo quedó en paz.
Se aclaró que Cherro jamás había solicitado una prima de $ 100.000 y un sueldo de presidente de la nación. Esas cifras fueron el fruto de la fantasía de los “hinchas” boquenses.
EL EQUIPO NO SE SUPERA
Fué criterio general que ese entredicho con Cherro y su deserción había influido en forma notoria contra el rendimiento del primer equipo, por ello se pensó que con
el retorno de éste, de Mario Fortunato y Mario Evaristo, las cosas cambiarian. En realidad cambiaron, pero no en la medida de lo esperado.
GANAR DE APURO
El mismo Cherro cuenta una anécdota muy pintoresca. Boca Juniors enfrentaba a Huracán en su propia cancha. Cherro estuvo a punto de no concurrir al partido. Sin embargo en los vestuarios le expresó a “Huesito” Sánchez: “Deseo que este partido finalice antes de la hora y lo vamos a conseguir.” ¿Cómo?, fué la pregunta de Sánchez. La respuesta fué algo insólita: “De entrada nomás los apabullamos a golpes y los muchachos de Parque de los Patricios se van antes de finalizar el partido y yo puedo hacer lo que tengo urgencia de resolverlo esta misma tarde.”
Y “Huesito” Sánchez, como si tuviera obligación de facilitarle la solución a Cherro, de entrada anotó dos goles. Luego Varallo hizo el tercer gol y alli se armó el gran escándalo. Los huracanenses protestaron el tanto por considerar a Varallo en posición prohibida. El referee mantuvo su decisión y los muchachos de Huracán en airada protesta hicieron abandono dei campo. Cherro corrió a los vestuarios y como relámpago abandonó luego la cancha.