Alfredo Di Stéfano, el máximo ídolo en la historia del Real Madrid y uno de los mejores jugadores del mundo falleció el 7 de julio de 2014 a los 88 años de edad, luego de haber sufrido un paro cardíaco.
El estadio de Real Madrid, hogar de la «Saeta Rubia», quien deslumbró a todos en los años 60 y conquistó cinco Copas de Europa en forma consecutiva, abrió sus puertas al día siguiente para rendirle homenaje junto a los simpatizantes que fueron desfilando, en respetuoso silencio, para pasar junto a los restos del astro.
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El féretro del astro madrileño fue ubicado en el antepalco del estadio, en la zona madrileña de Chamartine, lugar donde «Don Alfredo» se reunía con amigos a tomar café.
Uno de los primeros en llegar al lugar fue el presidente del club, Florentino Pérez, quien entró a la capilla junto a Emilio Butragueño, antiguo futbolista blanco y director de Relaciones Institucionales del Real Madrid, consignó la prensa local.
Además, pasaron a rendir homenaje varias figuras del club y de la selección española, entre ellas Sergio Ramos e Iker Casillas.
Pérez, el presidente del Madrid en ese momento expresó que el Bernabéu fue el escenario de la capilla ardiente por expreso deseo de Di Stéfano y sus familiares. «Este estadio era su fábrica, su casa y su territorio sagrado. Aquí le rendiremos el homenaje que se merece», afirmó el presidente de la entidad merengue.