Puedes leer aquí: Wilde la nueva Cancha de Boca.
Las cifras de asociados revelan con claridad la situación creada en Wilde. De 1.500 al iniciarse la mudanza, quedaron 301 al año de militar en la nueva cancha.
Pese a todo, las oportunas medidas de la Comisión Directiva salvaron las vallas difíciles. Los pocos socios que quedaron aunaron coraje y abnegación para cubrir el vacio apreciable de los desertores. El que fuera celebrado dirigente boquense señor Dollenz relataba alguna vez al cronista las vicisitudes de esos momentos y los esfuerzos realizados sin embargo para retomar la buena senda y aun acrecer con obras el progreso del club.
Una prueba de ese empeño meritorio es la acción que concluye con el logro del estadio de Ministro Brin Pérez Galdós.
Un día, por casualidad, el señor Dollenz “descubrió” un terreno que con visión pudo vislumbrar como un futuro fiel. Estaba en la manzana que rodeaba las calles citadas y Gaboto y Blanes. Una fábrica de blocks de piedras tenía allí su galpón, y eso impedia hasta ese momento que se realizaran allí proyectos futbolísticos.
El galpón penetraba unos 40 metros en el terreno. Pero los boquenses pensaron y repensaron la posibilidad y no perdieron la esperanza.
La parte libre no se ajustaba a las medidas necesarias para una cancha. Habia que demoler o cortar el galpón para que el terreno diera el ancho exigido.
La mayoría consultada por el entusiasta Dollenz vió quimérico e irrealizable la empresa. Pero hubo una reunión que acercó soluciones. Asistieron Dollenz, Gagliolo, Susanj, Percuoco, Bonelli, Barbieri y Crovetto. Ninguno de ellos integraba la Comisión Directiva del club.
Pesados cuidadosamente los pros y contras del proyecto, se aprobó en principio el estudio oficioso del asunto y se encargó a Dollenz y Bonelli los primeros pasos. Éstos fueron en verdad engorrosos, porque los propietarios del terreno en cuestión eran nada menos que doce… dueños, cada uno de ellos de pequeños lotes. Largas y trajinadas esperas fueron superando día tras día los inconvenientes, y asi se fué logrando de cada uno de estos propietarios las autorizaciones y cesiones respectivas que iban paulatinamente redondeando el plan.
Cuando las gestiones estuvieron ya cerca del final, este grupo entusiasta se apersonó a la Comisión Directiva boquense informando el estado de la situación, y ésta convocó una asamblea extraordinaria de socios.
La misma aprobó por gran mayoría la idea de instalar un nuevo field, y constituyó una comisión especial que formalizaría los compromisos con los propietarios de los distintos sectores de terreno.
El 25 de mayo de 1916 los socios vieron colmadas sus esperanzas al inaugurarse el nuevo estadio de Ministro Brin y Pérez Galdós.