El día que expulsaron a Pelé y volvió a jugar

Edson Arantes do Nascimento, mejor conocido como Pele, fue expulsado trece veces a lo largo de su carrera. Pero hay una que fue un acontecimiento histórico debido a lo que sucedió luego de ver la tarjeta roja.

Fue en la noche del 17 de julio de 1968, la cual será recordada por lo sucedido en la famosa expulsión de Pelé en el Campín de Bogotá, Colombia, durante un partido amistoso entre el Santos y el Seleccionado Olímpico Colombiano de fútbol que se preparaba para los Juegos Olímpicos de México.

Bajo un Estadio colmado de espectadores para ver a O Rei en tierras colombianas, el encuentro se mantuvo caliente de principio a fin. A los 3 minutos Alfredo Arango anotó para el seleccionado local, el juez de línea invalidó la acción de gol pero increíblemente el central del partido, Guillermo Velásquez, lo desautorizó y validó el gol.

Lima, capitán del Santos fue a increpar al linea de manera violenta dándole una patada.

El árbitro principal inmediatamente lo expulso del campo, por lo que el jugador en principio acató la orden y mientras caminaba hacia los vestuarios, regresó y continuo atacándolo a golpes.

El partido se reanudo pero en dentro de una tensa calma.

En un tiro de esquina Pelé y Soto forcejearon en el área, y O Rei se dirigió hacia el Juez Velásquez a pedirle que pitara penal en medio de incesantes insultos en portugués que el árbitro entendió perfectamente y es por eso que decidió expulsarlo también.

A pesar de que Pelé obedeció la orden, su equipo no soporto la decisión y en conjunto atacaron a la máxima autoridad dentro del campo de juego causándole severas lesiones en la cabeza y otras partes del cuerpo.

Debido a esto, no pudo continuar y debió ser reemplazado por el juez de línea Omar Delgado.

Para hacer más espectacular esta historia, la terna arbitral se debió completar con Mario Canessa, un espectador que ingreso a la cancha de corbata y con un pañuelo hizo de línea.

Pero aún faltaba lo mejor, debido a la presión de los hinchas que habían pagado para solo para ver a Pelé, el 10 del equipo brasileño volvió a ingresar a jugar.

Santos finalmente ganó el partido 4 a 2, pero a su salida del estadio debió dirigirse a la comisaría del norte ya que el árbitro puso una denuncia a sus agresores, quienes debieron pagar la suma de 18.000 pesos de la época y dar una disculpa pública.