El Fútbol Como Deporte Olímpico

El Fútbol Como Deporte Olímpico

En 1906 Inglaterra jugó su primer partido de fútbol internacional con una selección del continente europeo, derrotando a Austria, en Viena, 6 a 1.

Este encuentro marcó un antes y un después en la historia del fútbol olímpico. Fue el puntapié inicial para incluirlos en el primer gran torneo internacional de la historia.

En 1908, en el marco de los Juegos Olímpicos celebrados en Londres, cinco selecciones disputaron este primer titulo internacional que tuvo como campeón a Inglaterra, seguida de Dinamarca, Holanda, Suecia y Francia, En la final, los ingleses batieron a los daneses por el modesto pero suficiente tanteo de 2 goles a 0.

Primera final olímpica de fútbol oficial disputada entre Inglaterra y Dinamarca en 1908.

En estas Olimpiadas apareció por primera vez el título de «campeón del mundo'». Aunque no tiene el valor FIFA que se le da actualmente. Donde Uruguay es el Campeón del Mundo de fútbol en 1930.

En 1912 se celebraron los Juegos Olímpicos en Estocolmo, y el fútbol volvió a ser representado por once paises: Alemania, Austria, Dinamarca, Finlandia, Holanda, Hungría, Inglaterra, Italia, Noruega, Rusia y Suecia. De los cinco de Londres faltó Francia, que había sido literalmente vapuleada por sus rivales en la capital británica, perdiendo un partido, con Dinamarca, por 17 goles a 1. Este resultado hizo dudar a los dirigentes galos sobre la capacidad competitiva de su fútbol, por lo que prefirieron no asistir a la Olimpíada ante la posibilidad de un nuevo ridículo. En Estocolmo se reiteró en la rivalidad anglo-danesa, pero los ingleses volvieron a vencer en la final, por 4 tantos contra 2. No fue un tanteo de estrépito, pero sí lo suficientemente demostrativo de una superioridad clara.

Al otro lado del Atlántico, las competiciones internacionales también rogresaban, aunque su realidad organizativa era momentáneamente inferior. Se hacian célebres los encuentros entre las sólidas escuadras de Argentina y Uruguay, con resultados alternativos, indicadores de un equilibrio de fuerzas.

La selección de Brasil, por su parte, protagonizó un curioso episodio que integra el rico anecdotario del fútbol mundial: una calurosa tarde de 1910, en São Paulo, una poco menos que desconocida selección de Africa del Sur vapuleó a los imberbes cariocas por 6 goles contra 0. Sorprendente resultado si lo analizamos con el prisma actual, pero bastante lógico si tenemos en cuenta que el fútbol brasileño era por aquellos tiempos absoluta mente bisoño, y que la selección sudafricana, por el contrario, contaba en sus filas con jugadores escoceses, ingleses y holandeses, ya muy experimentados.