El penalti, o penal fue conocido en un principio como el «tiro de la muerte» (kick of death), tuvo su primera aparición en el año 1891, ya que hasta el momento se suponía que un caballero criado en una escuela pública inglesa nunca cometería deliberadamente una falta sobre otro jugador. Para poder señalarse un penal, este debía ser expresamente solicitado por el jugador implicado, algo que no era muy bien considerado, por entenderse como una falta de caballerosidad y respeto hacia el rival.
Esto cambió rápidamente a medida que el fútbol se volvió más competitivo dejando de lado el espíritu amateur para pasar a ser profesional.
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Dado que alguien tenía que conceder los tiros penales, el árbitro se incorporó al escenario de un partido de fútbol. Teniendo en cuenta los orígenes caballerosos, los capitanes de los equipos competidores aún resolvieron las disputas, pero con el aumento de las apuestas, esto pronto cambiaría también.
Curiosamente, desde la introducción de la regla en 1891-1902, un tiro penal no se lanzó desde una marca sino en cualquier lugar a lo largo de la línea de los 12 pasos.