Las palabras mía o déjala son sancionadas como faltas durante un encuentro de fútbol siempre que un jugador intente de engañar al adversario.
Por ejemplo, si dos jugadores al momento de disputrse el balón uno se lo cede al otro por haber escuchado alguna de esta frases, inmediatamente el juez debe sancionar como tiro libre indirecto y se castiga con tarjeta amarilla.
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No siempre estas palabras están prohibidas en el fútbol, un jugador las puede utilizar, siempre y cuando no tengan el objetivo de distraer a un rival e intentar sacar ventaja alguna.