El periodo que inauguró el nuevo entrenador del Colo Colo, Franz Platko, fue uno de los más recordados en el diario de vida albo,
Aunque en 1940 Colo Colo no pudo repetir el logro del año anterior y debió conformarse con el cuarto lugar, mantuvo un plantel estable, con las grandes figuras que lo llevaron a ganar la segunda estrella. El profesionalismo imponía ya exigencias más serias —no las de hoy, en ningún caso—, más aun si se tenía al frente a un entrenador europeo como Platko.
Éste maduraba en un trabajo disciplinado y paciente el nuevo estilo. Mientras tanto, Colo Colo, que habla incorporado al crack peruano César Socarraz, transitaba el torneo con paso irregular, situación que aprovechó Universidad de Chile para conquistar su primer titulo. Así llegamos a 1941, el del reencuentro popular, con novedades impactantes para nuestro ambiente futbolístico. Platko muestra una formación «diferente», pero esa diferencia no es-taba en los nombres de los jugadores, sino en su posición dentro del campo.
Hasta ese momento, los equipos se paraban con cinco delanteros en linea, dos wings o punteros, dos insiders o entrealas y centrodelantero: otra linea con tres medios —el que actuaba al centro era el centrohalf—,y más atrás los dos defensas, que hoy se denominan marcadores de punta o laterales.
A simple vista es fácil advertir que las defensas se veían desguarnecidas y ello explica los abultados y comunes marcadores con más de cinco y seis cifras. Ello fue una consecuencia paulatina de la modificación a la regla del fuera de juego, que hasta 1925 obligaba al atacante más avanzado a tener por delante a por lo menos tres rivales al recibir el balón.
Desde entonces hasta el presente sólo bastan dos. Este «detalle» hizo meditar a los estudiosos y se encontró la siguiente solución: si el mayor campo de acción para los delanteros hacia insuficientes a los dos backs tradicionales, entonces el centrohalf debía ubicarse más atrás, al medio de los zagueros, que pasaron a ser definitivamente marcadores laterales.
A ese medio retrasado se le denominó halfpolicía, que años más tarde pasaría a ser el zaguero central de nuestros días. Desde luego, el retraso de ese centrehalf fue complementado con el natural retraso de los otros dos medios o volantes, y los insiders, a su vez, tuvieron que colaborar en el mediocampo numéricamente disminuido.
Si se dibujara sobre el papel esta nueva formación, se vería que se trata de una M a la cual se le superpone en la parte superior una W. De ahí su nombre táctico de «WM».
(Fuente: Colo Colo, Alma de Campeón. Autor: Adamol)