1939, El Segundo Campeonato de Colo Colo

UN CAMPEÓN QUE ARRASA

En enero de 1939, la tierra se estremece en el centro y sur de Chile, con epicentro en Chillón. El terremoto causa miles de muertos, como si el pais hubiera entrado en la segunda guerra mundial, mientras Hitler ruge en Alemania, y Mussolini, desde Italia, adhiere a las ansias de conquista. Las tropas nazis invaden Polonia, los ejércitos del fascismo afirman su bota en África, y la conflagración está en marcha.

Pero acá, sin prepotencias, Colo Colo también ruge con el «Tigre» Sorrel y se transforma en una aplanadora para ganar por segunda vez el campeonato. Corno si los albos hubieran querido ofrecer al pueblo, angustiado por la catástrofe chillarleja, el paliativo de sus goles y sus victorias. Este Colo Colo ofrece una alineación de antología, en la cual se llevan los mayores elogios su máximo scorer, el argentino Alfonso Domínguez, junto a Sorrel y el «Rata» Rojas. Domínguez anota la friolera de 32 goles en 24 partidos, que sumados a los 22 del «Tigre», 12 de Norton Contreras, 9 de Rojas, 8 de Vergara y algunos más de otros compañeros, alcanzan a 91 tantos para 17 triunfos, 4 empates y sólo 3 derrotas en 24 partidos.

El torneo del ’39 es el de mayor número de equipos hasta entonces: once clubes, pero al final terminaron diez, por retiro de Unión Española. Ese año debutó Universidad Católica, para integrar con la «U» y el Cacique la que con el tiempo seria una trilogía de rivalidad clásica y perdurable. Colo Colo le sacó 8 puntos de ventaja a Santiago Morning y 10 al tercero, Audax Italiano.

Aunque el mérito indudable es de los jugadores, a mediados de año llegó a la banca un hombre que haría escuela en la dirección técnica chilena: el húngaro Francisco Platko. Traia ideas nuevas desde un medio donde imperaban ya los esquemas, sus-tentados en un gran despliegue físico. Acá, en nuestro continente, todavía —y seguiría sucediendo por buen tiempo— reinaban el talento y la inspiración por sobre cualquier pizarrón de jugadas rígidas.


(Fuente: Colo Colo, Alma de Campeón. Autor: Adamol)