Wilde la nueva Cancha de Boca

Puedes leer aquí: La historia de las Canchas de Boca.

Se realizaron gestiones para conseguir terrenos ferroviarios del sud y del oeste, pero sin resultado. Finalmente, las cosas se orientaron hacia Wilde, donde un terreno ofrecido por 200 pesos mensuales, con contrato por diez años, se brindaba como solución posible.

La idea de llevar a Boca a Wilde fué resistida por muchos. Aceptada como inevitable por otros.

Finalmente, la perspectiva de diez años de tranquilidad privó sobre las preocupaciones que la lejanía hacia suponer, y se aprobó el traslado al nuevo field.

Allí, en el terreno nuevo, se trabajó afanosamente, levantando una magnífica casilla y una tribuna techada.

Era el año 1913 y presidía el club el dinámico señor Juan Bricchetto. Fué ese un año deportivamente satisfactorio para la gestión xeneise.

Vemos en el calendario del fútbol que un 7 de septiembre derrotaron a Racing por 1 a 0 en momentos en que la “academia” era la síntesis cabal de la calidad triunfante en el fútbol.

Ese día Boca llevó a la cancha este team: Bruzán; Garibaldi y Lamelas; Martinez, Valentini y Giardini; Calomino, Bertolini, Mice. tich, Romano y Taggino. El 28 de ese mes derrotaron por la Copa de Honora N. O. Boys por 4 a 0, en match jugado en Rosario. En la ocasión el equipo formó así: Virtú Bidone; Garibaldi y Lamelas; Martínez, Vergara y Valentini; Calomino, Bertolino, Romano, Abba. tángelo y Taggino.

Se inaugura el nuevo Estadio de Wilde

Presidia la entidad el señor Sana en 1914. Ese año se inauguró el field boquense iniciando una temporada realmente satisfactoria. Se logró empatar con River Plate un reñido cuarto puesto, estando en los superiores Racing, Estudiantes y Banfield. Veamos el elenco boquense de la época: Bruzán; Garibaldi y Lamelas; Pieralini, Vergara y Delgado; Romano, Bertolini, Fuentes, Abbatángelo y Taggino.

El año siguiente se da contrario y desalentador para Boca Juniors.

Fué en verdad un año crítico que puso a prueba el espíritu de los hombres de la divisa azul y oro. La sombria visión del descenso, que nunca se había acercado al optimista corazón boquense, ese año arrimó todo su afán y su desvelo al campito de Wilde.

Meinke-Dollenz era la fórmula que dirigía el club. Los sucesos que se evidenciaban en derrota produjeron una crisis que hizo renunciar a la Comisión.

Se nombró luego otra fórmula directiva: Meinke-Bricchetto. Esa dirección logró el retorno a filas boquenses del gran crack Pedro Calomino, que había entrado a militar en el Argentino de Quilmes, por la Federación.

Esta y otras medidas felices logran conjurar el peligro del descenso. Décimonoveno sobre un total de 25 participantes fué en definitiva su posición final. Fué ese el primer campeonato disputado después de la fusión de las dos ligas: la Asociación y la Federación Argentina de Fútbol.

Las finanzas del club, por esa época, sufrieron un cambio realmente desfavorable. La débacle se había iniciado al partir hacia Wilde. Y allí se había precipitado el fracaso que casi resulta fatal a la entidad.

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