En la rica historia del fútbol sudamericano, hay momentos que quedan grabados en la memoria de los aficionados para siempre. Uno de esos momentos inolvidables se produjo el 17 de julio de 1986, cuando River Plate se coronó campeón de la Copa Intercontinental. Fue un día glorioso para el club argentino y para todos los seguidores que llenaban el estadio Nacional de Tokio en Japón.
El partido enfrentó a River Plate, campeón de la Copa Libertadores, contra el campeón de la Liga de Campeones de la UEFA, el poderoso Steaua de Bucarest. Ambos equipos salieron al campo con la intención de hacer historia y llevar el prestigioso título a sus respectivos continentes.
Desde el silbato inicial, River Plate demostró su calidad y dominó el encuentro. Con un mediocampo comandado por Norberto Alonso y Enzo Francescoli, los argentinos tomaron el control del juego y crearon numerosas oportunidades de gol.
El momento crucial llegó en el minuto 29, cuando el delantero Antonio Alzamendi recibió un pase magistral de Francescoli y definió con precisión para poner a River Plate en ventaja. Los hinchas argentinos presentes en el estadio estallaron de júbilo y se desató una fiesta en las gradas.
El Steaua de Bucarest intentó reaccionar, pero la defensa de River Plate se mostró sólida y no permitió que los rumanos generaran peligro real. Además, el arquero Nery Pumpido tuvo una actuación destacada, realizando varias atajadas importantes para mantener la ventaja.
A medida que transcurría el tiempo, el equipo argentino mantuvo el control del partido y supo administrar su ventaja. El pitido final llegó con la victoria de River Plate por 1-0. Jugadores y cuerpo técnico se abrazaron y celebraron en el centro del campo, mientras los hinchas argentinos estallaron de alegría y orgullo.
El trofeo de la Copa Intercontinental fue entregado al capitán de River Plate, Oscar Ruggeri, quien levantó el ansiado premio ante una ovación ensordecedora. Era el broche de oro para una temporada histórica y una hazaña que quedará grabada en los anales del fútbol argentino.
El triunfo de River Plate en la Copa Intercontinental 1986 fue un logro significativo para el club y para el fútbol sudamericano en general. Fue la primera vez que un equipo argentino ganaba este prestigioso título, y River Plate se consagraba como el mejor equipo del mundo en aquel entonces.