La Copa Jules Rimet – El Primer Trofeo de la Copa del Mundo

En 1928 luego de ser aprobada la organización de lo que seria la primera Copa del Mundo, Jules Rimet, el presidente de la FIFA, le encargó a Abel Lafleur, un orfebre amigo, la confeccion del primer trofeo que consagraria al futuro campeón.

Lafleur a cambio de 50.000 francos, esculpe un trofeo totalmente de plata el cual es bañado en oro de 14 quilates, sobre una base de lapislázuli. Esta Copa del Mundo tenia unos 35 cms. de altura y 3’8 kilos de peso. Su figura representaba a Niké, la diosa de la victoria en la mitologia griega.

La copa, aún sin un nombre oficial, viajó en barco en manos de Rimet hasta Montevideo, sede de primer Mundial de Fútbol donde lo alzaró por primera vez el capitán uruguayo José Nasazzi, luego de que Uruguay logre la victoria sobre Argentina en la final por 4 a 2.

Italia en 1934 y posteriormente Francia 1934 fueron los otros destinos que el trofeo visitó hasta 1950. Ambos mundiales ganados por la azzurra.

Debido al estallido de la Segunda Guerra Mundial de 1942, los mundiales de 1942 y 1946 fueron suspendidos.

Algunos afirman que el trofeo, al ser considerado un objeto deseado por los nazis, hizo que el por aquel entonces presidente de la Federación Italiana y vicepresidente de la FIFA, Ottorino Barassi, lo esconda dentro de una caja de zapatos bajo la cama. lo habria sacado de un banco de Roma en 1941 para luego llevar a su casa.

En 1946 y luego de finalizada la Guerra Mundial, el Congreso de la FIFA celebrado en Luxemburgo, toma dos decisiones: Por un lado el Campeonato del mundo de fútbol se volverá a jugar en 1950, más precisamente en Brasil, y por el otro, el torneo pasa a llamarse Copa Jules Rimet, en honor a su impulsor.

Al producirse el famoso «MARACANAZO» de 1950 donde Urugual le gana 2 a 1 al organizador Brasil, y ante todo su público, Rimet, casi a escondidas, le entregó el trofeo al uruguayo Obdulio Varela, ya que ante la terrible sorpresa, fue cancelada la ceremonia que sólo había previsto a los brasileños como campeones.

(puedes leer aquí: La Historia del Maracanazo).

Luego de pasar por las manos uruguayas, se dirigió hacia Suiza para ser abrazada por manos alemanas, al consagrarse Alemania Campeon 1954 gracias al «Milagro de Berna».

(puedes leer aquí: Que Fue «El Milagro de Berna»)

En 1958, un pequeño detalle de la Copa Jules Rimet sale a la luz gracias a 2 periodistas británicos Jim Lynch y Joe Coyle, al observar en fotografias de la época, que el trofeo que levanta el capitán brasileño Hilderaldo Bellini, en Suecia, es 5 centímetros más alto y además su base es octogonal y no cuadrada como la original.

La nueva base octogonal de la Copa Jules Rimet

Finalmente se supo que este cambio, se debió a la imposibilidad de seguir escribiendo en el trofeo, los nombres de los posteriores ganadores del certamen y es por eso que se la cambió por otra octogonal más grande.

En 2015, la FIFA anunció que había encontrado en los sótanos de su sede, la base cuadrada original y ahora la expone en su museo.

La primera base recuperada por la FIFA

Cuatro meses antes del Mundial de Inglaterra 1966, la copa Jules Rimet fue robada.

Gracias a un perro llamado «Pickles» el trofeo fue hallado para ser luego ser alzado por el capitán inglés Bobby Moore, tras imponerse a Alemania en la final de 1966.

(puedes leer aquí: Como fue el primer robo de Copa Jules Rimet)

En 1983, ocurrió la desaparición más triste: la Copa Jules Rimet fue robada en la sede de la CBF, en Río de Janeiro, cuando se encontraba en una exposición y nunca más fue encontrada.

(puedes leer aquí: Como fue el segundo robo de Copa Jules Rimet)

Años después, sin embargo, cambiará su versión y asegurará que el robo se produjo por encargo de un coleccionista italiano, que habría pagado 100.000 dólares. La policía brasileña no dará credibilidad a su historia y cerrará el caso.

Por último, en 1995, luego de fallecer George Byrd, el joyero al que la federación inglesa le había encargado una réplica luego del robo en 1966, esta reproducción de bronce con un baño de oro fue subastada por la familia del joyero bajo la denominación: «Copia de la Copa Jules Rimet». Un comprador anónimo, misteriosamente la adquirió por 254.000 libras, un precio muy elevado para una réplica.

La FIFA admitió luego, que fue la que la compró ante la sospecha de que fuese la auténtica, ya que que tras entregársela a Bobby Moore en la ceremonia de premiación del Mundial de 1996, la original se había reemplazado por la réplica durante los festejos en Londres.

Pese a que la versión oficial refiere a que la copa fue fundida luego del robo para desaparecer para siempre, la búsqueda del trofeo creado por Abel Lafleur se ha convertido en la de un santo grial futbolístico.

1958 TOP STAR – SUECIA 58

Top Star fue el balón o pelota oficial que se utilizó en el Mundial de Fútbol SUECIA 1958.

(conoce todos los Balones de la Copa Mundial de Fútbol)

Top Star que significa en español «Súper Estrella» fue fabricado por la compañía local Sydsvenska Läder & Remfabriks, ubicada al sur de Suecia.

Diseño

Está formado por 24 paneles rectangulares de cuero con costuras cosidas totalmente a mano y entrelazadas en zigzag para lograr que tengan menos tensión, con 2 variantes de colores: en amarillo y en blanco.​ Relacionado con el brasileño Didí, el francés Just Fontaine y la selección sueca de 1958.

Historia

La Federación Internacional de Fútbol Asociación (FIFA), en noviembre de 1957, anunció que todos los fabricantes de balónes del mundo iban a poder participar para ser proveedores de la Copa Mundial de Fútbol Suecia 58 . Debian enviar un modelo limpio, sin ninguna marca junto, con un sello con el nombre del productor y el Comité recibió 102.

La Asociación Sueca de Fútbol los numeró y registró los sobres con las propuestas. El 8 de febrero de 1958, miembros de la FIFA se reunieron para finalmente decidir que la número 55 era la elegida por tener 24 cascos.

La empresa ganadora Sydsvenska Läder & Remfabriks, la envió a todos los estadios del evento, donde cada equipo recibió 30 unidades al llegar a Suecia y hasta algunos pudieron compraron aún más, como es el caso de Brasil.

Seguian siendo pelotas sin nungun tipo de grafica hasta que el 29 de junio la compañía la bautizó como Top Star

El balón original quedó en una sala de reuniones en el Estadio Råsunda de Estocolmo, que recibió la final, cuando fueron blancos y otro fue llevado a la oficina de la Confederación Brasileña de Fútbol en Río de Janeiro, ya que una vez terminado el partido el masajista Mario Américo se la arrebató al árbitro galo Maurice Guigue, corrió al vestuario y la escondió allí.

Puedes leer aquí: Como fue la Copa del Mundo Suecia 1958.

Fue empleada también en varios partidos durante la edición siguiente de 1962 en Chile, en la cual sirvió como reserva.

El fútbol y la Primera Guerra Mundial 1914

El fútbol y la Primera Guerra Mundial 1914

El fútbol sobrevive a la primera guerra mundial y en abril de 1914 se conmemoró el cincuentenario de la fundación de la pionera Football Association británica.

El fenómeno futbolístico en si mismo, la realidad deportiva, no podía ser más optimista cuando el último sábado de aquel mes se celebraba con entusiasmo la efemérides: la pujanza del fútbol era incontestable, y su expansión incontenible. Alli donde penetraba -con la excepción momentánea del área asiática era rápida, tanto a nivel de práctica como en el aspecto puramente espectacular.

Sin embargo, las relaciones políticas entre las naciones europeas distaban mucho de presentar este optimista cariz.

Al contrario, la creciente potencia de la industria alemana amenazaba la hegemonía anglofrancesa en la economía mundial, El poderío industrial alemán se compenetró con la ambición expansionista del pangermanismo, mientras que Gran Bretaña y Francia éstaban dispuestas a conservar como fuera su influencia política y económica sobre gran parte
del planeta. Él resultado de esta rivalidad fue el estallido del conflicto bélico generalizado, que cubrió de sangre y horror el continente europeo entre 1914 y 1918.

Millones de hombres jóvenes fueron obligados a enfrentarse en una trágica competencia que nada tenía que ver con las pacíficas disputas generadas en un partido. La competición no tenía por escenario los verdes campos de fútbol, sino las angostas y oscuras trincheras tapizadas de barro y nieve.

La Primera Guerra Mundial supuso un freno a la mayoría de las competiciones futbolisticas en los paises contendientes, pero no redujo el creciente número de aficionados. En la foto-
grafia, tomada en El Havre en plena guerra, un centinela francés contempla un partido entre solados ingles.

El interés por el deporte en general y por el fútbol en particular originó el nacimiento de las primeras publicaciones especializadas en estos temas. En su edicion del 3 de mayo de 1912, la revista francesa Plein Air dedicó su portada a la disputa de la Copa inglesa.

La sana lucha por la posesión de un balón dejó paso a la lucha por la conquista brutal de una ciudad, una aldea o una simple colina que era imperativo arrebatar al enemigo a cualquier precio. Los campos de fútbol se quedaron vacíos, y lo mejor de la juventud europea tuvo que olvidarse del deporte para ser adiestrada en el manejo de las armas.

Alemania, Bélgica, Francia, Gran Bretaña, Italia y todos los países centroeuropeos suspendieron sus competiciones deportivas, pues se consideraba más perentorio que los jóvenes supieran cargar y disparar un fusil que introducir un balón en el fondo de la meta adversaria.

Aquellas absurdas prohibiciones medievales que pesaron sobre el protofútbol, «puesto que relajaba el espíritu militar de la juventud», renacían ahora, sólo que con unos perfiles tremendamente macabros.

A pesar de ello, el fútbol pervivió de un modo u otro, esencialmente como forma de distracción de los soldados que todavían conservaban un ánimo lúdico, en los lapsos en que la cruenta lucha cesaba para reponer fuerzas y cobrar aliento. En cierto sentido, el fútbol recuperaba aquel viejo espírtu de los legionarios romanos, que durante sus incursiones por el mundo, y en las pausas entre combate y escaramuza, se dedicaban a la práctica del viejo y ya olvidado harpastum.

Aunque dramáticamente, el fútbol moderno demostraba su capacidad de supervivencia y su arraigo en aquellos rectángulos improvisados junto a las trincheras o en la guarnición, en los que dos grandes pedruscos cumplían las funciones de los postes, un oficial actuaba como árbitro y unos cuantos equipos representativos de otros tantos batallones dirimían sus facultades en el pacifico juego para dejar de pensar en un imprevisible futuro que podía hacerse realidad en cualquier instante.

Casi no es necesario aclarar que en las naciones que no participaron en la conflagración, como España en el ámbito europeo en los países latinoamericanos, el fútbol mantuvo su pujanza, pues la vida, aunque pendiente de las noticias de los frentes de batalla, siguió su curso normal.

El Fútbol Entra Por Primera Vez En Asia

El fútbol entra por primera vez en Asia


El proceso expansivo del fútbol moderno fue tan con tanta fuerza, que incluso desembarco en el continente asiático. Un continente impermeable a cualquier innovación extrangera debido al arraigo de sus tradiciones culturales, y aunque no fue con la espectacularidad con que lo hizo en otras partes del mundo, lo cierto es que 1913 se celebró, en Manıla, y ante unos cientos de espectadores con sombrillas para protegerse del sol, el primer encuentro entre selecciones representativas de naciones asiáticas, en el que los locales filipinos derrotaron a un conjunto de China por 2 a 1.

En este juego, se respetaron en gran parte las normativas imperantes en las competiciones europeo-americanas, a excepción de las dimensiones del terreno de juego, que rebasaban las reglamentarias, y de que todavía no se usó allí el poste transversal que acotaba las nuevas porterías.

De un modo u otro, pues, la expansión siguió su trayectoria hasta que fue cortada en seco por el tronar de los cañones: en 1914 estallaba la Primera Guerra Mundial.

La guerra de 1914 provocó un importante freno a la evolución del fútbol de esa época, ya que las personas tenian mayores preocupaciones que las originadas en el deporte.

El Fútbol Como Deporte Olímpico

El Fútbol Como Deporte Olímpico

En 1906 Inglaterra jugó su primer partido de fútbol internacional con una selección del continente europeo, derrotando a Austria, en Viena, 6 a 1.

Este encuentro marcó un antes y un después en la historia del fútbol olímpico. Fue el puntapié inicial para incluirlos en el primer gran torneo internacional de la historia.

En 1908, en el marco de los Juegos Olímpicos celebrados en Londres, cinco selecciones disputaron este primer titulo internacional que tuvo como campeón a Inglaterra, seguida de Dinamarca, Holanda, Suecia y Francia, En la final, los ingleses batieron a los daneses por el modesto pero suficiente tanteo de 2 goles a 0.

Primera final olímpica de fútbol oficial disputada entre Inglaterra y Dinamarca en 1908.

En estas Olimpiadas apareció por primera vez el título de «campeón del mundo'». Aunque no tiene el valor FIFA que se le da actualmente. Donde Uruguay es el Campeón del Mundo de fútbol en 1930.

En 1912 se celebraron los Juegos Olímpicos en Estocolmo, y el fútbol volvió a ser representado por once paises: Alemania, Austria, Dinamarca, Finlandia, Holanda, Hungría, Inglaterra, Italia, Noruega, Rusia y Suecia. De los cinco de Londres faltó Francia, que había sido literalmente vapuleada por sus rivales en la capital británica, perdiendo un partido, con Dinamarca, por 17 goles a 1. Este resultado hizo dudar a los dirigentes galos sobre la capacidad competitiva de su fútbol, por lo que prefirieron no asistir a la Olimpíada ante la posibilidad de un nuevo ridículo. En Estocolmo se reiteró en la rivalidad anglo-danesa, pero los ingleses volvieron a vencer en la final, por 4 tantos contra 2. No fue un tanteo de estrépito, pero sí lo suficientemente demostrativo de una superioridad clara.

Al otro lado del Atlántico, las competiciones internacionales también rogresaban, aunque su realidad organizativa era momentáneamente inferior. Se hacian célebres los encuentros entre las sólidas escuadras de Argentina y Uruguay, con resultados alternativos, indicadores de un equilibrio de fuerzas.

La selección de Brasil, por su parte, protagonizó un curioso episodio que integra el rico anecdotario del fútbol mundial: una calurosa tarde de 1910, en São Paulo, una poco menos que desconocida selección de Africa del Sur vapuleó a los imberbes cariocas por 6 goles contra 0. Sorprendente resultado si lo analizamos con el prisma actual, pero bastante lógico si tenemos en cuenta que el fútbol brasileño era por aquellos tiempos absoluta mente bisoño, y que la selección sudafricana, por el contrario, contaba en sus filas con jugadores escoceses, ingleses y holandeses, ya muy experimentados.