Por qué a Huracán le dicen el Globo

A Huracán le dicen «El Globo» en referencia a lo sucedido durante el proceso de su fundación.

Huracán se forma el 25 de mayo de 1903, pero se toma como fecha de fundación el 1º de noviembre de 1908, ya que fue ahí cuando se reorganizó con el fin de fomentar principalmente el fútbol.

En el acta fundacional, se dejó constancia de que «los distintivos que usará el club serán los siguientes: «en football se usará camiseta blanca con la insignia del globo Huracán».

Aqui hay que aclarar que este que este acta fechada el 12 de noviembre de 1908, seguramente fue realmente escrita durante la segunda asamblea en 1910 ya que este globo aerostático, que llegó a la Argentina traído desde Francia por el Aero Club Argentino, fue piloteado por primera vez, por el ingeniero electricista Jorge Newbery, a mediados de 1909, por lo que es poco posible que haya sido conocido en 1908, pero sí en 1910, cuando el día 20 de julio se realizó la segunda asamblea y se redactó aquella primera acta, que lleva un sello redondo, con un globo en cuya base decía «Huracán», en el centro, y las leyendas «Club Atlético» en la parte superior, y «Fundado el 1º de noviembre de 1908», en la inferior. Esta fecha quedó como la de fundación oficial.

En diciembre de 1909 el ingeniero Jorge Newbery a bordo de su globo, realizó una gran hazaña, cuando despego desde el barrio de Belgrano, en la ciudad de Buenos Aires, hasta llegar la ciudad brasileña de Bagé. Dicho acontecimiento fue el que inspiró el distintivo del club y el que decidió que se adoptara como símbolo el globo Huracán. Aunque seguramente el club ya lo estaría usando en su camiseta desde mucho antes, la autorización de Newbery llegó en febrero de 1911, en una carta dirigida al «Señor Presidente del Club Atlético Huracán, don José Laguna».

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En mayo de 1911 la Comisión Directiva del club designó socio honorario a Jorge Newbery y luego lo convirtió en el primer presidente honorario. Cuando el club alcanzó la categoría más alta del fútbol argentino (1914), se le envió un telegrama que decía: “Hemos cumplido, el Club Atlético Huracán, sin interrupción conquistó tres categorías, ascendiendo a primera división, como el globo que cruzó tres repúblicas”.

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1910-1920, Los Primeros Años de Huracán

En los comienzos, Huracán tuvo su primera cancha momentáneamente ubicada en unos terrenos entre las calles Cachi y Traful del barrio de Nueva Pompeya, hasta poder obtener su primera cancha.

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Finalmente fue gracias a las gestiones del mismísimo Jorge Newbery, quien consiguió obtener parte del predio municipal ubicado sobre la calle Arenas (actualmente Almafuerte) para que Huracán tenga su propia cancha, y al mismo tiempo gestionó su incorporación a la Asociación Argentina de Football.

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Recién para 1912, se hizo realidad el sueño de la cancha y la autorización para jugar en tercera división de la A.A.F. En los años posteriores Huracán logró llegar a la Primera División, debutando en 1914.

Como se fundó el Club Atlético Huracán, su historia

Allá por el año 1903, los alumnos del Colegio Luppi que se reunían a jugar al fútbol alrededor de lo que es hoy en día la estación Sáenz, en el barrio de Nueva Pompeya, formaron su propio equipo con el propósito de medirse con otros adolecentes de la zona.

El 25 de mayo de 1903, sin actas ni sede, se sucedió la primera reunión formal, en la vereda frente a la casa de uno de los muchachos de nombre Tomás Jeansalle, ubicada en la calle Ventana 859.

El nombre elegido de lo que luego sería el Club Atlético Huracán fue «Los Chiquitos de Pompeya» cuyo primera cancha, estaba situada en la calle Cachi entre Traful y Ancaste.

Para 1905, con el club en funcionamiento y conducido por Hilario Germán Ramponi, cambió su nombre por el de «Defensores de Ventana», incorporándose al equipo Ernesto Dell Isola, Elisardo Fernández y Antonio Salgado.

Nuevamente en la improvisada «sede» de la vereda de la calle Ventana, se realizó la primera asamblea, el 25 de mayo de 1907, fecha no confirmada en su totalidad. La idea de la reunión se centró en participar en los campeonatos de las asociaciones reconocidas, de los cuales Américo Stefanini era el principal impulsor.

Nuevamente el nombre del club sufrió un cambio para pasar a llamarse «Verde esperanza y no pierde» o «Verde esperanza y nunca pierde».

Cuenta la historia de Huracán, que los muchachos de por entonces fueron hasta una librería del barrio, que se encontraba en esquina de Av. Sáenz y Esquiú, queriendo un sello de goma que tenga escrito el nombre del club, pero no lo pudieron hacer, el motivo de la negativa radica en alguna versiones porque que no les alcanzó el dinero (dos pesos con cincuenta) para tanta cantidad de letras, aunque otras sostienen que en realidad el dueño de la librería, de apellido Richino, les recomendó un nombre más corto, ya que el elegido era muy extenso para un equipo serio de fútbol.

Fue así que al mirar una de las paredes próximas a ellos, advirtieron un aviso comercial con el texto “El Huracán”, e inmediatamente los jóvenes optaron por ese nombre. El primer sello del club fue hecho con la leyenda: “CLUB EL URACÁN – Calle VENTANA 859”. Con la ausencia de la letra “H” debido posiblemente a que el librero era de origen italiano y esa letra solo se usa para ciertas formas de verbo, o a un olvido o error, aunque, cuando le reclamaron por dicha omisión, solamente obtuvieron la devolución de parte del dinero.

Existen testimonios de que en la comisión directiva fue electo como presidente Agustín Caimi, como secretario Tomás Jeansalle y tesorero Gastón Brunet. También A. Villar fue designado capitán y Ernesto Dell Isola, subcapitán. También formaron parte del grupo fundador Américo Steffanini, Enrique Verni, Ángel Cambiasso, Vicente Chiarante, E. Lerov, R. Guruchaga, Antonio Salgado, R. Fernández,Juan Fariña,  J. Spagarino, W. Luján, y J. López.

En 1908, el grupo se empezó a ampliar debido al acople de alumnos del Colegio San Martín, de Parque Patricios, como así también de  jugadores de otros clubes, como los hermanos Alberti.

Es en este año que apareció José Laguna, que llegaba del club Gloria de Mayo, y que en algunas oportunidades había jugado para Huracán, quien, tras haber perdido una final escandalosamente contra el club Soler-Boca que llevó a algunos a querer disolver el club, alentó a los muchachos a seguir adelante. A pesar de no haber participado de la final, convocó a una reunión para decidir el futuro de Huracán.

 El día 1 de noviembre de 1908, fue la fecha de esta reunión en la que se refundó el club, uniendo Pompeya con Parque Patricios, y la que se realizó en la calle Patagones 2250 (actual 2972), dentro de la casa de Ernesto Dellisola, y participaron de la misma, además del mencionado Laguna, Agustín Alberti, Vicente Chiarante y Enrique Berni, entre otros.

Existe un libro de actas con fecha  12 de noviembre de 1908 que lleva el título de «Acta de Fundación del Club Atlético Huracán», que anuncia: “Fúndase en Buenos Aires con fecha 25 de mayo de 1903 el Club Atlético Huracán y reorganizado el 1º de noviembre de 1908, con el fin de fomentar el juego atlético, especialmente el football”, encontrándose firmado como presidente José Laguna y como secretario Alberto Rodríguez.

En dicha acta fundacional, se dejó constancia de que «los distintivos que usará el club serán los siguientes: «en football se usará camiseta blanca con la insignia del globo Huracán».

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Los Primeros años en Primera de Pumas

El 1 de julio de 1962, Pumas de la UNAM hizo su presentación en Primera División en la primera fecha del Campeonato de Liga 1962-63, recibiendo en Ciudad Universitaria al América (quien también actuaba de local allí desde 1955), los por entonces «millonetas» ganaron el encuentro con 2 tantos contra 0 con goles de Francisco Moacyr y Antonio Jasso.

Sauí, el jugador de Pumas de nacionalidad brasileña fue quien anotó el primer gol en Primera División, en el empate 2 a 2 ante Tampico

Recién en la fecha 7 la UNAM logró su primer triunfo, al vencer 1 a 0 al Atlante con un gol contra su propia valla de Francisco Majewsky.

Las malas campañas del equipo universitario predestinaban el descenso, hasta llegó el técnico argentino Renato Cesarini, quien se hizo cargo del equipo en la última posición de la tabla de posiciones y lo salvó.

Fue así como la UNAM terminó en la 12º posición entre catorce clubes con seis triunfos, nueve empates y once derrotas.

La contratación de Cesarini significó un antes y un después para Pumas. No sólo introdujo un funcional sistema táctico, un  novedoso método de entrenamiento basado en su experiencia por su paso por Europa como por Sudamérica. Sino quizás lo más importante, un sistema de desarrollo integral que se aplicaría en los jugadores de las divisiones inferiores del Club. Tal sistema fue conocido como la «cantera», y luego sería el distintivo de la trayectoria del club a partir de ese momento.

Los años subsiguientes la Cantera proporcionó jugadores como Aarón Padilla, Luis Regueiro, Enrique Borja, Miguel Mejía Barón, José Luis Calaca González y Héctor Sanabria.

Luego de cinco temporadas en la Primera División Mexicana, los Pumas lograron el subcampeonato de la temporada 1967-68, bajo la dirección técnica de Walter Ormeño.

La UNAM comenzó con un gran envión, hasta llegar a ser líder de la competencia por lo menos hasta la fecha 13, aunque luego no lo consiguió mantener. Con  Borja y  Velarde como estandartes, el Club Universidad jugó varios de sus partidos de local en el Estadio Azteca, debido a que en el Estadio de Ciudad Universitaria se estaban realizando remodelaciones ya que actuó como sede de los Juegos Olímpicos de 1968.

El Ascenso de Pumas a Primera División

Luego de pasar ocho años participando de la Segunda División, Pumas llegó al tan ansiado título que les permitió el ascenso a la Primera División de la liga de fútbol de México.

Fue el 9 de enero de 1962 en Ciudad Universitaria, en el campeonato perteneciente a la temporada 1961-62 luego de derrotar al Cataluña de Torreón 5-1, con Octavio Vial como director técnico.

Durante la temporada 1961-62 en la Segunda División, había una identificación total con el equipo. De los 19 jugadores que disputaban regularmente la campaña, quince de ellos eran estudiantes; trece universitarios y dos más estaban graduados en carreras profesionales, mientras que los restantes dos mantenían negocios particulares fuera del terreno de juego.

El 9 de enero de 1962 a las 20:30 horas en el Estadio Olímpico Universitario y ante treinta mil espectadores, el equipo de los Pumas de la UNAM enfrentaron al último de la tabla de posiciones, el Cataluña de Torreón, por la fecha nº 29 del torneo, y la penúltima del certamen, para definir el título y el ascenso a la máxima división.

Pumas dominó todo el encuentro, ya desde el minuto 17 se puso en ventaja,  gracias a un tiro libre de Lorenzo García que le dobló las manos al arquero Ramírez. A los 40 minutos, luego de un tiro de esquina, Pumas se impuso por 2-0.  Al minuto 47 y 49, en una combinación entre Jorge Gaytán y Calderón de la Barca decretaron el tercer y cuarto gol en favor de los universitarios. Solamente restaba un último tanto de los Pumas en Segunda División gracias a Manuel Rodríguez tras otro pase de Vázquez a los 57 minutos de la segunda etapa.

Consumada la victoria, Pumas llegó a 45 puntos, una cifra ya inalcanzable para el Poza Rica con 42 y el Refinería Madero que tenía 41.

Así la UNAM cerró la temporada con una derrota de 3-0. Terminando la temporada con 45 puntos en 30 juegos, con un total de 18 triunfos, nueve empates y tres derrotas, todas ellas como visitante.