La tercera escisión producida en la historia del fútbol argentino desembocó en la declaración del profesionalismo en 1931.
A partir de entonces, mejoró la organización, pero aumentaron los intereses, los escándalos y la inmoralidad. Los árbitros carentes de respaldo perdieron autoridad y sus desempeños fueron a menudo penosos y deficientes, favoreciendo instintivamente a los equipos más poderosos. Estudiantes de La Plata, verdadera máquina de hacer goles, fue un gran animador del campeonato.
EL FUTBOL SE PROFESIONALIZA
La situación que imperaba en el fútbol argentino al finalizar la década del 20, era insostenible. Por una parte, los futbolistas deseaban legalizar las condiciones en que prestaban servicios a las diferentes instituciones, ya que hasta entonces y desde muchos años atrás, se practicaba el profesionalismo encubierto, lo que no constituía un secreto para nadie.
Para refirmar el deseo de obtener la declaración del protesionalismo, se declararon en huelga el 10 de abril de 1931. Por otro lado, era por demás irregular la forma en que se desarrollaban los campeonatos de primera división, en los que participaba la exorbitante cantidad de 36 equipos, que disputaban certámenes de una duración tan extraordinariamente prolongada, que generalmente finalizaban en los meses de marzo o abril del año siguiente.
Todo ello con merma no solo de ta calidad de los espectáculos, sino también de las recaudaciones, porque muchos de los equipos intervinientes Carecían de las mínimas condiciones deportivas y económicas que la importancia del principal torneo requería.
Era común al entrar el mes de febrero, que se procediera a suspender el campeonato, para reanudarlo luego de las tiestas de Carnaval.
Es fácil imaginar las condiciones lamentables en que se desarrollaban esas competiciones, especialmente en la época veraniega, tan impropia para manifestaciones de este tipo, la mayoría de ellos subsistian a expensas de las poderosas entidades del otro grupo. Es de hacer notar que varias de las instituciones que integraron la Asociación Ámateur, desaparecieron casi inmediatamente.
La división produjo automáticamente la declaración del profesionalismo, por lo que los jugadores levantaron la huelga declarada el 10 de abril,y se dispusieron a comenzar una nueva era luego del largo conflicto que había excedido holgadamente el ambito futbolístico, como que los jugadores habían sido recibidos por el propio presidente de la Nación, José Félix Uriburu, quien llegó a interesarse por la solución del problema.
IMPORTACION DE JUGADORES
Pero la escisión tendría para la flamante Liga Argentina de Foot-Ball una consecuenciz: la desafiliación de la F.I.F.A., que solo reconocía a
la Asociación Argentina. Tal contingencia fue aprovechada por los dirigentes de varias entidades, que pudiendo obtener refuerzos para sus equipos sin el correspondiente pase, dirigieron sus puntos de mira hacia Montevideo y también al interior del pais. Así tue como Independiente contrató a Porta, Ferrou, Enrique Fernández (luego de un fugaz paso por Talleres), y más avanzado el campeonato, a Corazzo, dejado escapar un poco tontamente por Racing, sin advertir que se trataba de un gran jugador.
Estudiantes, por su parte, trajo aotro buen eje medio, Uslenghi, y a Areco, mientras Gimnasia hacía lo propio con Roque Sosa, Dendi y Miguens, y River Plate contrataba a Pedro Lago. Ésta lista engrosaría notablemente al año siguiente con la llegada de Almiñana paralos “rojos”; Del Bono, el manco Castro y Riolfo para Estudiantes, Dorado para River, y Scapinachi, José Lamas, Pintado y Encina para el equipo de Lanús.
Pero el afán de los dirigentes por retorzar sus equipos los llevó también hacia el interior del país. Así fue como en Córdoba se produjo una gran conmoción a consecuencia de la contratación casi simultánea de varios futbolistas. San Lorenzo trajo a Castañares, Pacheco y Galindez, y más avanzado el campeonato a Baigorria; Gimnasia y Esgrima a Farías, y Boca a Florentino Vargas. Pero el temor de los cordobeses de un éxodo masivo de sus meJores jugadores no llegó a concretarse y todo no paso de un amago, aunque la historia que iremos desarrollando, nos mostrará en qué importante medida el tútbol provinciano contribuyó al brillo de jornadas inolvidables en el tútbol argentino.
EL PRECIO RECORD
La fiebre por la contratación de jugadores entonces desatada, tuvo su culminación al pagar River Plate la hasta entonces desconocida citra de 10.000 pesos por el pase de Carlos Peucelle, suma que embolsó el tutbolista y no el club Sportivo Buenos Aires, de donde provenía. Boca, por su parte, contrató a Varallo, que hasta el año anterior se habia destacado en Gimnasia y Esgrima de la Plata. El tiempo demostraria lo acertado de ambas adquisiciones, porque tanto Peucelle en River, como Varallo en Boca, darian sobrada razón a quienes hicieron el buen negocio de contratarlos.
Por su parte, Racing obtuvo la transterencia del arquero de Argentinos de Quilmes, Juan Bottaso, que habia integrado el equipo argentino en el primer campeonato mundial disputado en Montevideo el año anterior. Ádemas, contrató al paraguayo Fleitas Solich, que había cumplido una destacada campana en Boca Juniors en la era amateur y que llegó a jugar los dos primeros partidos del protesionalismo en el club boquense. En Racing, sin embargo, no llegaría a destacarse.