Se inicia en 1940 un período para Boca Juniors que servirá para confirmar su consolidación institucional y a la vez el retorno de su primer equipo a los primeros puestos de la tabla de posiciones, luego de los discretos desempeños cumplidos en años anteriores.
Los dirigentes intentaron por todos los medios realizar la compra de jugadores que brinden la tan ansiada vuelta a las estrellas y además purificar el plantel para elevar su nivel de juego. Varios de los elementos adquiridos la temporada anterior fueron transferidos a otras entidades, lo que es sobrada muestra de que su actuación con la casaca azul y oro no rindió el mínimo esperado. Una de las bajas que más sentirían los xeneizes sería el retiro temprano de Francisco Varallo, quien con sólo 29 años de edad abandonó la práctica activa del fútbol. Su presencia había sido vital el año anterior para superar los malos momentos, Su experiencia y presencia fortaleció anímicamente a un conjunto que estuvo lejos de su verdadera dimensión. La prin. cipal búsqueda se orientó hacia la contratación de delanteros que fortalecieran el andar del ataque.
Por ello se logra el pase de Jaime Sarlanga, centrodelantero de Ferro Carril Oeste, entregando como parte de pago a los jugadores Corvetto, Pícaro y Liztherman.
Se transfieren a Banfield los siguientes jugadores: Agostini, Sanz, Menéndez, Cuenya y De Terán. Y se contrató al ala izquierda que integró la famosa delantera de los «verdolagas» dos años antes y que en 1939 habían jugado en el Brasil, teniendo buen desempeño. Eran Gandulla y Emeal.
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Aníbal Tenorio, que había alternado en la titularidad hasta 1937 y que durante los dos años anteriores había mi.litado en Nacional de Montevi.deo, retornó al club de la ribera para formar parte del primer equipo. Pasan a Tigre Careri y Tosoni.
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