El debut y la tragedia del Monterrey

El debut de Monterrey en la Liga Mayor fue el 19 de agosto de 1945 con triunfo ante los Santos del San Sebastián, de León, Guanajuato por 1 a 0 encuentro disputado en el parque Cuauhtémoc de béisbol. El único gol del triunfo y convirtiéndose también en el primero de toda la historia del Monterrey fue obra del hispano-argentino José «Che» Gómez.

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Un mes después, el equipo debía disputar la cuarta fecha del torneo en condición de visitante ante el Oro. En pleno viaje hacia la ciudad de Guadalajara, noche del 14 de septiembre de 1945, se detuvieron en San Juan de los Lagos para abastecerse de combustible, cuando de repente el vehículo donde viajaban se incendió al momento que los jugadores dormían en su interior.

En medio de la tragedia, fue el mismísimo jugador José «Che» Gómez quien salvó a varios de sus compañeros terminando con quemaduras en el cuerpo, convirtiéndose en un verdadero héroe.

A pesar de que no se lamentaron víctimas fatales, muchos de los jugadores del Monterrey terminaron con serias quemaduras y otros con heridas causadas por los vidrios de las ventanas mientras intentaban escapar hacia afuera. Sin embargo, tres meses después, y como consecuencia de aquel incendio, fallece el jugador costarricense Enrique Lizano Benavides a la edad de 28 años. Tiempo después también muere Leonardo «Cuadros» Vidal y Eduardo Quezada ya no pudo volver a jugar por las secuelas de las quemaduras. Otros que resultaron con lesiones fueron Evaristo Amezcua, Buenabad, Olvera, Cardona, Medellín, Rodríguez Peralta, el entrenador Manuel Galán así como el chofer del camión.

A raíz de la desgracia, llego la reacción de todo el fútbol mexicano donde  todos los clubes se solidarizaron con el Monterrey y comenzaron a cederle jugadores sin cobrar por la transferencia. Así llegaron al equipo Manolo Pando, Juan Moya, José Nogueira, Escalada, Zeledón, Ignacio Trelles, Carlos Quiroz, Ricardo Benítez, Tello, Altamirano, Luna y Emilio Baldonedo.

A pesar de volverse a reconstituir como un equipo, el Monterrey nunca pudo recuperarse anímicamente de aquella desgracia, además de ser castigado por problemas económicos.

El 23 de junio de 1946 disputo su último partido de la temporada, perdiendo de local ante el Atlas. Finalizando así el torneo en la última posición y siendo el equipo más goleado, por lo que pidió ese mismo día el retiro voluntario de la liga.

Para ese entonces Ramón Cárdenas Coronado reemplazo en la presidencia a Enrique Ayala Medina, y anunció la reestructuración del Monterrey, sin embargo el equipo desapareció por unos años.

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