El fútbol no comenzó jugándose en la forma que hoy lo conocemos, con su reglamentación precisa en que todas las acciones están previstas. Los origenes y características del juego son de difícil ubicación en el tiempo, pero cabría suponer que estaban echadas sus bases desde el primer momento en que un ser humano se encontró con un Objeto rodando a sus pies y alguien intentó disputárselo, o, al revés, se propuso hacer llegar hasta él, rodando, algo que le repelia. La manzana de Newton…
Conclusiones trascendentales o humorísticas pueden extraerse acerca de su génesis; pero, sin jugar con hipótesis, consignaremos las referencias más remotas que se recuerdan y los avatares por que ha pasado este apasionante juego.
Un estudio del prestigioso cronista deportivo del News Chronicle, Carlos Buchan, nos ha brindado preciosos datos al respecto.
El antecedente más antiguo se encuentra en el periodo anglosajón de la historia británica. Se afirma que entonces los conquista dores daneses jugaban un futbol primitivo, usando como pelota la cabeza de uno de sus esclavos vencidos.
En tiempos de Eduardo III (siglo XII) se dictó una ley prohibiendo el juego, porque obstaculizaba la instrucción y las prácticas de los arqueros. ¡Ya empezaba el futbol a sorber el seso a los mozos de entonces! Más tarde, durante el reinado de Jacobo 1 se volvió a prohibir por “considerarse que era pasatiempo sangriento y homicida”. El no acatamiento de la ley significaba la cárcel, y allí fueron a parar muchos aficionados. Pero, a pesar de todas las persecuciones, el futbol se siguió jugando.
Walter Scott, el novelista inglés, refiere en una obra cómo los soldados del siglo XVII, antes de librar una batalla, jugaban al futbol a manera de entrenamiento. Un ejemplo de aquel modo de jugar puede verse aún en Chester-le-Street, una aldea cercana a Sunderland, donde tradicionalmente se juega un encuentro de esa naturaleza todos los martes de carnaval. A guisa de pelota se emplea una bolsa de cuero repleta de trapos, y toda la aldea se entrega a un agitado combate por el halón durante varias horas a todo lo largo de la calle principal.
Hasta la mitad del siglo XVI todo era confusión en el juego. El futbol se practicaba en las escuelas y colegios, donde los mozos más vigorosos formaban cuadros y, lanzados unos contra otros, quemaban su excedente de vitalidad. La pelota realmente era un pretexto… Las canchas eran prados o patios de escuela, que en cada encuentro se transformaban en verdaderos campos de Agramante. En realidad, el futbol, por entonces, no podía considerarse un juego, sino una válvula de escape al ardor juvenil de los estudiantes y los hinchas matones de los clubes. Las zancadillas y los puntapiés eran lícitos, y para dar una idea de lo que era el espectáculo se refiere esta anécdota: “En una ocasión, viendo un espectador cómo los jugadores discutían y se pegaban, haciendo caso omiso de la pelota, señaló el hecho a un vecino, quien contestó: ¿Qué importa la pelota? Lo importante es que siga el juego.”
Paulatinamente, el futbol fué mejorando y elaborando sus propias leyes, y fué en los colegios y escuelas de Eton, Winchester, Harrow, Charterhouse y otros centros docentes de donde arrancó su enorme difusión. Percatándose los profesores de esos institutos de cuánto podía extraerse de él, lo incorporaron a sus planes educativos. Al no disponerse de grandes espacios libres, fijaron reglas que reducian considerablemente el terreno en que debían actuar los cuadros. Estos precursores “dieron a sus alumnos sus propias ideas acerca de cómo se debía jugar, y cuando los discípulos dejaron el colegio y se extendieron por los confines del mundo, llevaron consigo aquellas ideas. Cada uno jugaba según las reglas que se le habían enseñado, y el resultado fué una gran diversidad de modos de jugar el futbol. Pero de una u otra manera, el futbol se jugaba. dondequiera que se reunían unos cuantos ingleses”.
Puedes leer aquí: La Historia del Fútbol. La Primera Asociación de 1863.
Este estado de cosas duró hasta 1863, en que doce representantes de varias escuelas y colegios reunidos en la taberna de los fracmasones, en Londres, formaron la Asociación del Futbol.
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