Dentro de los medios a su elcance, Boca Juniors fué adquiriendo cada vez mayor popularidod. Sus triunfos se repetían con suma frecuencia, mientras el número de socios y el capital sociol aumentaba día tras día. Pero era imprescindibe dísponer de un estadio. Fue así que se dispuso entonces su instalación en el terreno ubicado en los calles Colorado, “Pedro“ Mendoza, Sengúel y Gaboto. Demás está decir que la nueva cancha llenaba las exigencias del momento pero rápidamente hubo de ceder paso ante los constantes progresos de la entidad y la amplia difusión que adquiría el deporte.
Sin embargo, en ese estadio libró los compromisos que el fixture le señalaba en los campeonatos de las ligas Villa Lobos, Central, Albión y Porteña, donde también estuvo afiliado Boca Juniors, conquistando todos los trofeos que se disputaron.
Fué en el año 1908 que, como nuevo afiliado a la Argentine Football Association, debió trasladarse a la Isla Ingeniero Huergo, instalaciones que ofrecían las mejoras impuestas por las reglamentaciones de la época.
Después, el progreso empezó su obra activa en la zona, y Boca Junior debió ambular un tiempo. Hasta que encontró un terreno en Wilde, donde permaneció por dos años. Pero el traslado resultó perjudicial.
La cancha quedaba muy lejos y el club perdió muchos socios y el color de su barra partidaria. Los acontecimientos demostraron que la cancha debía estar en el barrio donde Boca Juniors había nacido. Y sus dirigentes se dispusieron a acometer la difícil empresa. Las tribunas y demás dependencias de Wilde fueron trasladadas el nuevo estadio de las calles Sengúel y Minisiro Brin. Esos instalaciones fueron evaluadas en 25 mil pesos.
No tuvieron recompensa tantos sacrificios, una orden de desalojo dejó otra vez sin estadio a Boca Juniors. Jugó provisoriamente en distintos canchas hasta levantar sus tribunas en Brandsen y Del Crucero obras que se iniciaron a fines del año 1923. Esos mismos tablones que fueron testigos de las más brillantes consagraciones de Boca Juniors y que muy luego debieron rendir tributo, también ellos, al constante progreso edilicio de Buenos Aires. El actual estadio boquense, sin hallarse aún terminado, era ya cómodo y amplio. Está instalado en el mismo terreno y fue inaugurado, según se sabe, el 25 de Mayo de 1940.