Los años siguientes, y hasta 1955, fueron especialmente de gran relevancia internacional, pues a los partidos de 1951 en Inglaterra e Irlanda se sumaron otros en España y Portugal -sólo se perdió en Inglaterra en los últimos dos minutos-, la visita de ingleses y españo1es (1953, con triunfos de Argentina) y las numerosas giras de nuestros equipos a Bolivia, Brasil, Colombia, Costa Rica, Chile, Ecuador, Guatemala y Venezue1a, disputando 77 partidos, de los cuales ganaron 39. empataron 18 y perdieron 20. Por su parte Independiente y Boca cumplieron destacadas campañas en Europa, y dos nuevos cotejos a fines de 1953 mostraron a la Argentina vencedora de Portugal y perdedora ante Italia, en ambos casos como visitante.
Cabe señalar que también en esos años, y pese a la mejora en las recaudaciones, la situación económica del país en inflación creciente fue un motivo de notorio desequilibrio en los clubes, especialmente en cuanto a sus ingresos societarios, que cada día resultaban más insuficientes para cumplimentar todos los servicios brindados por las instituciones.
Los acontecimientos políticos de 1955 determinaron la interrupción de la continuidad institucional de la AFA, aunque una comisión de dirigentes, denominada Comisión Interventora, se hizo cargo de toda la conducción cesando los distintos cuerpos orgánicos. Bajo la presidencia de Arturo Bullrich, integraron el cuerpo Víctor Cinollo Vernengo, Pedro Canaveri, Manuel María Lavié, Hugo Papini y Gino Pomini, y su misión se prolongó hasta marzo de 1956 cuando, rehabilitada, la Asamblea de la AFA eligió titular a don Raúl H. Colombo.
El interventor en la Confederación Argentina de Deportes, general Fernando I. Huergo, había dado el visto bueno en febrero en nota enviada a la AFA, determinando como fecha tope el 31 de marzo. La Asamblea que eligió a Colombo sesionó el 21 de marzo y, entre otras resoluciones, dictó una que refleja el clima político del país en esos momentos: “Ninguno de los organismos de la Asociación del Fútbol Argentino podrá adoptar resoluciones, formular declaraciones, efectuar designaciones honorífícas o denominar trofeos o certámenes de forma que, implícita o explícitamente, importen, constituyan, signifiquen o tengan sentido político o confesional, o se refieran a personas que desempeñan cargos públicos o deportivos; cualquier decisión en ese sentido será insanablemente nula y los miembros del organismo que la adoptasen quedarán, de hecho, inhabilitados para seguir ejerciendo la función que cumplieran”.
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River Plate, que había visto frustrado su tercer título en 1954, conquistado por Boca, saldría nuevamente campeón en 1955 y repetiría en 1956 y 1957, igualando la triple corona consecutiva que hasta entonces sólo había alcanzado el Racing Club.
(Fuente: Cien años con el fútbol)
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