Primeras Leyendas Argentinas. Manuel Seoane

Fue uno de los delanteros que mayor brillo alcanzó en la década del veinte, cuando siempre tenía una plaza en el ataque de los equipos argentinos, ya jugando como centro delantero o como entreala izquierdo, donde invariablemente toda la sapiencia de este gran jugador suponía asegurar un alto nivel de jerarquía.

Aparentemente, Seoane no tenía físico como para desarrollar su habilidad; pero, sin embargo, a pesar de su tendencia a la obesidad, era capaz de moverse en los espacios reducidos con suma facilidad.

Apilador por naturaleza, logró estupendos goles, de factura inolvidable, que lo identificaron como un delantero de gran calidad.

“En mi vida tuve muchos insiders, pero con la precisión de Seoane y Cherro creo que jamás”. Así lo recuerda Tarasconi al genial delantero.

Identificado en la historia del fútbol con independiente, cumplió con igual medida en Boca Juniors, durante la gira por Europa y en El Porvenir, donde también jugó en su primera época.

Su debut con la casaca nacional fue en 1921, cuando la selección Argentina viajó a Paraguay, para realizar una serie de partidos amistosos contra equipos guaraníes.

Alli era un joven que le gustaba gambetear hasta el hartazgo.

Al poco tiempo era el maduro delantero que hizo de su habilidad un argumento contundente dentro del área. A partir de entonces jugó en el seleccionado 21 partidos internacionales y convirtió 16 goles, jugando en cualquiera de los tres puestos centrales del ataque.

Un delantero inolvidable. Un gran goleador.

“La Chancha”, como lo apodaron, o “El Negro”, nació en Ávellaneda (Villa Piñeyro), el 19 de marzo de 1902.

Comenzó en la quinta división del club Sud Amé.rica, de Avellaneda, de liga independiente. Más adelante, en diciembre de 1920, hizo su debut oficial en la división intermedia de Independiente. También actuó brevemente en El Porvenir, en 1925.

Su comienzo en Independiente fue auspicioso, frente a River Plate, derrotado por 2 a O, Alli Seoane marcó ambos tantos. Estando en El Porvenir, Boca lo pidió para su gira por Europa, en 1925, y en esa ocasión, de los 40 tantos logrados por el equipo de la ribera, Seoane obtuvo 16.

Una anécdota surgió cuando llegó Boca a Europa: nadie podía entender que este «gordo» pudiera jugar al fútbol y lo creyeron un dirigente.

La selección argentina lo contó entre los mejores delanteros de la década del 20. Fue un grande del fútbol.

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