Acaso con igual curiosidad con que nos aproximamos hoy al siglo XXI, también vibraba Buenos Aires en esa última década del XIX y se acercaba al 1900 sin dejarse influir demasiado por quienes auguraban el fin del mundo con el fin del siglo. Los dulces compases del Danubio Azul acompañaban los momentos de placer de tantos aldeanos asombrados por la pujanza del progreso y las novedades que llegaban de ultramar. con nítida inñuencia europea en el vestir y las costumbres.
El segundo Censo Nacional proclamaba que la población de la República ascendía a 3.956.060 habitantes, correspondiendo a Buenos Aires la suma de 677.786. de los cuales 370.634 eran varones y 307.152 mujeres. La metrópoli reconocía un aporte mayoritario de italianos, con 181.093, siguiéndole el de españoles con 80.352 y luego el de franceses, uruguayos e ingleses. La Avenida de Mayo iba delineando su perfil con nuevas construcciones y una escala de grandes tiendas y hoteles. Ya por entonces Mar del Plata crecía en el gusto veraniego de los porteños.
Y entre los tranvías eléctricos, que eran mirados con desconfanza, y el avance de la iluminación a gas, el tango quiere llegar al centro, escapando de su carácter marginal. La red ferroviaria alcanza 15.314 kilómetros. las publicaciones periódicas en el país suman 345, hay más de 2.000 inquilinalos, se funda el Colegio Nacional Domingo F. Sarmiento y los suburbios son atendidos por carteras a caballo. El verano se hace sentir en Buenos Aires.
Justamente en el verano de 1893, cuando una compañía de seguros construye las primeras casas de departamentos en Palermo y se inaugura el servicio de tranvías de Plaza de Mayo a Liniers, un grupo de respetables caballeros ingleses de origen o de notoria ascendencia británica fundan la Argentine Association Football League. Fue un 21 de febrero y, aunque no pudimos oírlos, estamos seguros de que gritaron: “¡Señores, ha nacido el fútbol argentino!
Don Alejandro Watson Hulton fue el gran visionario de las posibilidades del fútbol. El desarrollo en las escuelas, que él mismo había promovido, lo condujo mostrando la firme convicción de crear un organismo rector del juego en procura de un carácter serio y orgánico, para lo cual ofreció las bases de estatutos y reglamentaciones.
Ese 21 de febrero de 1893 lo acompañaron representantes de Buenos Aires Railways. English High School, Flores Athletic Club, Lomas Athletic Club y Quilmes Athletic Club, el mismo y único núcleo fundador que hoy disputa el principal torneo de la Asociación del Fútbol Argentino.
Otras instituciones que por entonces practicaban fútbol no participaron en esa reunión constitutiva, a saber: Caledonian, Flores, Buenos Aires Gran Sur y Saint Andrew’s.
Llegó el momento de elegir autoridades y don Alejandro Watson Hutton. el reconocido maestro y para los historiadores el “padre del fútbol argentino», fue nominado para el sitial de privilegio: la presidencia.
En tal cargo continuaría su incansable labor en 103 períodos sucesivos de 1894, 1895 y 1896. La primera comisión directiva quedó así integrada:
Presidente: A. W. Hutton English High School
Vicepresidente: B. Guy Flores A. C.
Tesorero: F. F. Webb Bs. As. & Rosario Railways
Secretario: A. Lamontt Quilmes A. C.
Vocales: C. W. Reyn01ds Lomas A. C.
P. L. Bridger Lomas A. C.
F. Y. Singleton Bs. As. & Rosario Railways
B. B. Syer Bs. As. & Rosario Railways
R. W. Rudd English High School
E. Morgan Quilmes A. C.
Apenas formada la nueva entidad se incorporaron otros dos clubes, Lobos y Retiro, aunque no jugaron el primer campeonato. Sí lo hicieron las cinco instituciones fundadoras, mediante un torneo en tres ruedas con un partido como local cada uno y un tercero en terreno neutral.
Correspondió el título al Lomas Athletic, que mantendría su racha en años sucesivos: 1893, 1894, 1895, 1896, 1897 y 1898, quebrando la serie en 1899 Belgrano, que competía desde 1896. Los torneos habían tenido muy pocas variantes entre cuatro y seis equipos, tal como el de 1899 en que sólo compitieron Belgrano, Lobos, Lomas Athletic y Lanús.
En tanto, la presidencia de la Asociación había pasado en 1897 y 1898 a manos de A. Boyd, en 1899 a Charles Wiberley y desde el nuevo siglo hasta 1905 inclusive a Francis Chevallier Boutell. Esa primera década del siglo fue pródiga en transformaciones y en la proyección del deporte, con el alumbramiento de numerosas entidades futbolísticas de las más populares, con la competencia de nivel internacional y la animación de un juego típicamente criollo.
(Fuente: Cien años con el fútbol)